Saturday, December 12, 2009

Entrevista a Ariel Olivetti en Perú (2da parte)


El personaje que quisiera dibujar: La verdad que dibuje a la mayoría de de los conocidos, dibuje a todos. Me gustaría hacer una mini serie por allí con El capitán América, que lo dibuje, pero a veces así de personaje secundario. Es un personaje lindo, aparte se viene la película…

Cazador: El Cazador es un personaje que hice antes de presentarme a trabajar en Marvel. Surgió de cuatro amigos dibujantes que nos quedamos sin trabajo porque había cerrado la revista Fierro y dijimos “Bueno hay que inventar una revista nueva”. No había más revistas, en Argentina estaban cerrando todas, hay que inventar algo y con esa gente teníamos un código muy lindo, muy gracioso cada vez que nos reuníamos era reírnos de cualquier cosa, sanamente y en familia. Y surgió un personaje absolutamente escatológico y gracioso, un antihéroe y encima era un momento argentino donde había lugar nada más que para un antihéroe, un héroe ni siquiera entraba, se iba, y anduvo muy bien. Estuvo diez años saliendo, publicándose. Yo por suerte conseguí trabajo bastante antes de que termine Cazador y empecé a trabajar en Marvel porque no nos daba mucho dinero pero se mantenía la revista, y los chicos que hacíamos la revista Cazador, por suerte, hay uno que tiene contrato de exclusividad en Marvel, hay otro que tiene contrato de exclusividad en DC y hay otro que tiene contrato de exclusividad en Image y hay otro que vende remedios. Pero la idea es dentro de unos años volver a juntarnos y volver a hacer Cazador, pero desde otro lugar. Mauro Cascioli (el hijo de Cascioli director de la revista Humor y la Editorial Urraca) Jorge Lucas que es el que invento por primera vez el Cazador, después lo deformamos porque el Cazador que invento él, no tenía nada que ver con lo que hicimos después, y Claudio Ramírez que es el que vende remedios, y es al que le va mejor.

Los futuros proyectos: Acabo de firmar (renovar) un contrato nuevo con Marvel por tres años más, así que por tres años mis proyectos son seguir trabajando en la Marvel. Y de acá a tres años veremos, la verdad es que no tengo proyectos, más que ganas de juntarnos y de repente hacer algo con un personaje argentino, algo más personal, sobre todo algo más humorístico. Dejarme de hacer superhéroes serios que vuelen, eso es lo que más me gustaría.

Historieta seria: No me engancho mucho con el comic de autor, adulto, no.

El Manga: Algunas cosas me gustan, lo que pasa es que no soy lector de Manga, la verdad es que no conozco todo, no conozco ni el 1% de lo que sale en Manga. No podría decir: es bueno es malo. Hay cosa que veo que son excelentes gráficamente, pero no conozco las historias. Lo más conocido es Akira que es lo mas occidental de todo y es sensacional y algunas películas son sensacionales. Después no conozco. Por mis hijos conozco Dragon Ball que no me gusta nada, pero el Manga no es ni Dragon Ball ni Akira hay millones de cosas en medio.

Pagos por comic: Si, gana bien un dibujante que hace todo, gana como un profesional, como un doctor, un abogado, un ingeniero. Trabajo más o menos lo mismo, diez horas, con la misma responsabilidad. Hay que desmitificar, no somos artistas de rock. Son tres los artistas de comic que se volvieron millonarios, pero no por dibujar comics sino porque formaron otro tipo de cosas. Los dibujantes no somos millonarios ni mucho menos. Se gana bien como un profesional. Yo gano bien porque vivo en latinoamericana. Para un europeo, que conozco muchos colegas que trabajan desde España, Francia para EEUU, viven de mediano para abajo y son muy conocidos, gente muy conocida, muy prestigiosa y que vende mucho y que viven bastante apretaditos, sobre todo si tienen familia. La mujer tiene que trabajar también. Y para el dibujante que vive en EEUU es un sueldo bueno, aceptable. Para nosotros es más que bueno, es como un profesional destacado.

Las Convenciones: Hay Convenciones a las que me invitan y voy a distintos lugares y cuando no me invitan trato por lo menos una vez por año de ir, sobre todo a Nueva York, aunque no haya convenciones, porque en Nueva York están las oficinas. Entonces voy, como algo, tomo una cervecita con el editor, hablamos dos boludeses y listo, ya cumplí.

El estilo definitivo: Con respecto al estilo son muy pocas las personas que digan: ¡Yo tengo este estilo! Por lo general, el estilo se lo marcan los demás, porque yo vuelvo a lo mismo: El estilo está formado por los defectos que uno trata de solucionar. Entonces la primera vez que me dijeron: ¡No, porque este es un dibujo tuyo, es indiscutible, es tu estilo! ¿Cuál es mi estilo? Yo dibujo como me sale, como puedo y tratando de esconder las cosas que no me salen bien, las trato de esconder de la forma que me sale a mí. Entonces no se si este es el techo mío o es mi estilo definitivo. Por suerte yo veo dibujos de hace cinco años y no me gustan, veo dibujos del año pasado y no me gustan, veo los de hace diez años y no me gustan y siempre trate de ir mejorando, o tratando de solucionar mis defectos, que los tapaba a veces de una forma, ahora no los tapo y tapo otros. Entonces no sé cómo va ser el estilo mío, o lo que va a destacarse de mi trabajo dentro de diez años. Sinceramente espero no dibujar comics dentro de diez años. La idea mía es dentro de diez años hacer ilustración, volver a lo que había empezado, para poder dedicar mucho más tiempo para cada imagen y tener otro tipo de búsquedas.

Los plazos de entrega: El comic requiere de un trabajo muy acelerado sobre todo el de superhéroes. Yo hago veintidós páginas por mes. Entonces veintidós páginas por mes no te permite hacer una página tres veces: ¡Huy no me gusto, la hago otra vez! Muchas veces el trabajo que yo entrego no es el que más me conforma. Y digo: “Huy, la cara esta me quedo horrible. Ya esta, mañana tiene que entrar en la imprenta y hay que entregarlo y bueno. En la ilustración uno se puede permitir tener un desarrollo, tener más posibilidades de buscar referencias. No me sale un camión y no voy a meter cualquier camión. Quiero determinado camión y voy al archivo y voy a buscar el camión exacto y si no, voy a sacar una foto del camión. Eso sería lo ideal. Haciendo comics es bastante difícil.

La elección de los guiones: A esta altura de mi carrera si, se puede elegir que dibujar. Lo que pasa que a veces la verdad uno esta tan metido en el asunto del día a día que ni siquiera te lo preguntas. Te dan algo y es oficio y bueno, si dale. Yo, por ejemplo, el mes pasado termine una serie de Hulk que me gustaba mucho, me gusta mucho el personaje. Me dijeron: ¡Bueno tenemos Hércules para darte! Bueno está bien, dale. Cuando lo empecé a leer y estaba por la mitad del guion y ¿por qué agarre esto, no lo lee nadie? ¡Hércules! Así que bueno, ahora ya me metí en el lio y son dos números, lo tengo que hacer, pero la próxima me voy a sentar a pensarlo. Sobre todo si tienes un contrato de exclusividad, si bien vos tienes que cumplir con cierta cantidad de números por año, la editorial tiene la obligación de darte trabajo. Entonces si vos no quieres algo, van a tener la obligación de darte otra cosa. No es que si vos no quieres algo van a decirte: ¡Jodete te quedas sin trabajo!

Se puede uno negar: Se puede decir no y los editores lo saben entender perfectamente, porque aparte tienen un ejército de dibujante que si pueden cumplir el bache que uno deja, si dice que no, y saben que si vos dibujas algo a desgano, no vas a rendir lo mimo, y va ser un material que no va estar a la altura buena para ser comercial.

Si un trabajo es rechazado por el editor: El castigo es que te empiezan a llamar cada vez menos. A mí me ha pasado. Yo he cometido un error, un error en mi carrera que lo pague, y después me dieron la oportunidad para resarcirme, por suerte, que era que empecé a tomar muchos ayudantes. Cuando yo no hacia color hacia blanco y negro, hacia lápiz y tinta y eso te posibilita tener muchos ayudantes: Uno que te haga el plantado de la figura, el otro los fondos, el otro la tinta. Yo llegaba a mi oficina y tenía cinco personas trabajando, abría una cerveza y me cagaba de risa contando chistes. A las seis de la tarde decía: “Me voy a casa, trabaje todo el día”. Me iba fenómeno y así estuve dos años trabajando para Marvel antes de pasarme a DC. Y yo, la verdad, fueron los dos años mejores de mi vida. No hice nada, hice muchos amigos, me cague de risa, le conseguí trabajo a un montón de gente. Pero las cosas que se publicaron esos dos años míos fueron horribles, pero no porque los ayudantes sean malos, que todos eran dibujante buenos, sino porque era un Frankestein: El bracito lo hacia uno, la carita la hacia otro, faltaba pasión porque nadie estaba haciendo algo con su firma sino que firmaba yo. Ahí perdió absolutamente estilo el trabajo mío. Decía Olivetti, pero un número salía de una forma y otro de otra, hasta que me empezaron a llamar cada vez menos los editores, cada vez menos. Yo estaba trabajando para Marvel y de repente un editor de DC me llama y dije: !Bueno, la oportunidad que me están dando¡ Yo lo agarre como eso, como una oportunidad. Lo de Marvel lo deje, agarre DC, le dije a todos los ayudantes: ¡Bueno gente, les voy a presentar a todos los editores, empiecen a dibujar por su cuenta, no tomo más ayudantes y voy a empezar a dibujar por mi cuenta yo! Y empecé a trabajar ¡horrible!

Los guionistas escogen a los dibujantes: Si son muy buenos y muy conocidos pueden pedir y si no pueden sugerir. Un guionista como Peter David o Bill Morrison pueden decir: “Para este número lo quiero a Simon Bisley o lo quiero a este otro”. Y un dibujante también puede sugerir guionistas.

La relación con el guionista: Yo con el ingles escaso que tengo, tengo una traba con el tema de estudiar ingles, porque hace como dieciséis años que trabajo para eso y como que no quiero. No es que no puedo. A mí no me mueven de Buenos Aires ni loco. Me cuesta. No tengo un trato muy día a día con el guionista. Me manda el guion, me manda algunas sugerencias. La mayoría de los dibujantes sí. Va, come, va y para en la casa del guionista y tiene una relación más intima. Intima de poder decir: “Bueno a mí lo que me gusta es hacer una historia de coches que explotan”. “A bueno, te voy a hacer una historia de coches que explotan”, que sería lo ideal en realidad. En mi caso no se da, por eso, tengo una especie de falla a terminar de integrarme por completo en el mundo americano. Pero no es porque no los quiera, que se yo, es una cosa…

Autores que admira: Bueno, dibujantes que me gustan a mí, que sigo: Richard Corben, Simon Bisley, Mike Mignola, Alex Ross. En el mercado europeo Vicente Segrelles, en el argentino Alberto Breccia, Domingo Mandrafina, Horacio Lalia, que acá estuvo este año. Hay muchísimos. Todos tienen una cuota de influencia en el trabajo personal, porque todo lo que a uno le gusta y mira con agrado, siempre alguna cosita se cuela y se mete ahí.

Recomendaciones a los jóvenes dibujantes: Que recomendaciones les doy, lo que decíamos antes: Estudiar. No se conformen con lo que les dice una tía, una abuela, un primo: “Que bien que dibuja el carro que fenómeno, le sale el Pato Donald igual”. Vayan a una academia, estudien. Traten de que su trabajo se lo vea alguien objetivo, que no sea la abuela, alguien objetivo. Por supuesto una vez que estudiaron, ponerse todas las pilas, si saben que eso va a ser la pasión suya y su sustento. Tratar de tomárselo como profesionales. El gran reto de todos nosotros, los que somos dibujantes, fue pasar la rayita esa que divide al dibujante pasional, y que dibuja por hobby, al oficial, el que trabaja por oficio y profesional. Es una raya que divide al dibujante que dibuja a las tres de la mañana por que le gusta terminar la carita, al dibujante que se pone el despertador a las 6 de la mañana porque tiene que dibujar una carita que no le gusta. Y esa raya realmente es la diferencia entre un profesional y el que no lo es. El que se va a meter en esto, tiene que saber que no va a dibujar el superhéroe que le gusta toda la vida, ni va a dibujar al personaje que le gusta toda la vida, que a veces le van a dar un osito cariñoso para dibujar y lo tiene que dibujar, pero tiene que saber que mucho más lindo es dibujar al osito cariñoso por ahí, que trabajar de otra cosa. Para el dibujante lo más importante es dibujar, pongan lo que le pongan. Eso es lo que tiene que tener en mente.

La diagramación de la página: Eso depende del guionista. Hay guionistas que les gusta tener todo, todo absolutamente indicado en la página. Entonces no solamente te van a decir la cantidad de viñetas que tiene la página, sino que te van a sugerir: “Bueno, esta viñeta me gustaría que sea apaisada o que sea un close up así cortado” “Que sea en cuadritos chiquitos” Después uno tiene también la libertad de jugar con eso y decir: !Bueno, no, a mi gráficamente, me va por otro lado¡ Y hay otros guionistas, el caso de Peter David, un guionista muy conocido, que da la pagina como un cuento: “De la página uno a la tres sucede esto” Y si bien es doble el trabajo para uno, porque tiene que empezara a hacer el diseño de cero, pero es mucho más personal también. Le da la libertad a uno de manejar la narración de una forma mucho más personal. Pero es indistinto, hay guionistas que si se toman ese trabajo y hay otros que no.

El concepto del editor americano del dibujante latino: Yo creo que nosotros los latinoamericanos tenemos más prejuicios preconcebidos que lo que en realidad existe. No existe eso de que: “Porque sos latino te voy a pagar menos, te voy a dar más trabajo, te voy a ningunear”. No existe, es una empresa muy grande y lo que les interesa es ganar plata, les interesa ganar plata. Y si están tranzando por dos o tres soles, más o menos. Eso no entra en ellos. Si vos, realmente les haces ganar plata porque sos bueno y tienes un montón de fans que te siguen, no importa si naciste en Cuzco, en Buenos Aires o en México. Es lo mismo para ellos. A mí a veces que me preguntan: “Pero claro, a vos te contrataron porque te pagan menos”. No, Marvel paga lo mismo la pagina, a un argentino, a un peruano, a un chileno y a un europeo, desgraciadamente para los europeos que tienen que gastar en euros. Entonces, no existe eso desde la editorial. Si nos pasa a nosotros, porque yo tenía el mismo pensamiento que por ahí, la misma duda. Cuando yo fui a presentar mi carpeta: “Si claro, yo soy argentino no me van a dar ni pelota, y si me dan pelota seguro me van a pagar la mitad que uno que vive en Nueva York”. Y bueno, no fue así, no es así.

Lo digital y lo análogo: Tiene su pro y su contra las dos cosas. Cuando vos trabajas en un original, lápiz y tinta o color a mano con acrílicos y oleos, tienes a favor, que tienes un original en tu mano. Un original que se puede vender bien en un mercado, que lo puedes mostrar, que puedes hacer muestras con originales, donde te pueden invitar a distintos países y mostrar tu trabajo. Y eso es lo lindo, la parte linda y la parte positiva. La parte negativa es que para hacer algo en papel realmente tardas mucho más y tienes mucho menos margen de error. Donde vos te equivocaste mucho en un cuadro, para corregirlo, enmendarlo es un problema. Y a veces no solo es corregirlo si no te dicen: “Anula este cuadro” y listo, y ¿cómo haces? Te queda un hueco, tienes que rehacer todo. Ni hablemos del color, si vos pintas a mano, bueno, cambiar la capa roja por azul en acrílico es un problema. Tienes que agarrar, recortar, pegar un papel arriba. En digital son dos minutos de reloj. Entonces eso es lo positivo. Lo negativo del digital: Yo hace cinco años que no tengo un solo original. Estoy tratando ahora de generar otra vez originales para vender, para tener, para mostrar. Si bien ahora hay muy buena tecnología para imprimir cosas digitales y hacer una exposición interesante, porque incluso se puede imprimir sobre tela, se pueden hacer cosas lindas, pero no es el papel donde uno ve el rayón, el lápiz, allí donde se equivoco, el teléfono que anoto a pie de página porque lo llamaron justo en ese momento. Esas cositas están buenas. Yo cuando voy a ver una muestra, me gusta ver eso, me gusta ver donde se equivoco, como lo encaro el trabajo.

*Grabado por Carlos Tovar

Transcrito y editado por Gabriel Zárate
http://fugahistorietas.blogspot.com/

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