Thursday, September 30, 2010

Zombies zarpados


Uds comprenderán chicos y chicas que hay cosas que uno debe ser ubicado,asi que como el laburo que hizo mi amigo Walter Cabrera en el color estaba tan bueno,es que decidi censurar las partes mas púdicas para que ningún mojigato que anda en DA y los interblogs se sienta tocado(o que se toque) por ver esta ilustracion que ya tiene sus años.
Fue a pedido de un site para adultos llamados MonsterHentai,que ya no sé si existe.
Espero les guste.

Lapíz:quien les escribe
Colores:el gran Walter Cabrera

Y mas grande,para que se vea bien....


zombieeess XXX autocensurados by ~sapienstoonz on deviantART

Wednesday, September 29, 2010

Llegó la hora de votar

Amigos los invito a participar con su voto en Cortogenia el festival de cortos en internet, organizado por tarjeta naranja.
Si queres podes votar mis dos cortos participantes (los 2 o uno u otro porque no)
Participan el ficcional "47" http://www.cortosdegenios.com/cortogenia/corto.php?ic=35
o la animación Aerolito http://www.cortosdegenios.com/cortogenia/corto.php?ic=29
Espero puedan votar por uno u otro o el que mas les guste,no me voy a poner en vigilante :P
Un saludo gente

Fer!Sosa

Tuesday, September 28, 2010

Jack Kirby segun Frank Miller(1994)


Lo que les traigo a continuación es uno de los pocos discursos importantes sobre el mundo de los cómic. Fue dado por Frank Miller que sin importar si les gusta o no su trabajo, que si les importa o no su filosofía deben reconocer que Miller es de las personas mas francas y directas que existen. Este dicurso que destapó verdades y corrigió mentiras en torno a personajes memorables e importantes como Jack Kirby o Dennis O´neill.

Este discurso que nos recuerda que la situación de los derechos de autor en el mundo de cómic no sucedió de la noche a la mañana sino que fue una dificil lucha... ganaron, espero. Este discuro que sin importar que tenga mas de una década se mantiene actual y trascendental. Este discurso quizás es lo mejor que vas a leer en este feucho blog. Con ustedes frikis y guapas chicas que leen cómic el señor Frank Miller.


Titulo original: Discurso de apertura por Frank Miller para el seminario de minoristas distribuidores de cómic Diamond 12 de Junio de 1994.

He recibido un montón de peticiones de lectores que han oído hablar de los que viene a continuación y que les gustaría leerlo. Mi discurso provoco cierto alboroto… y dio pie a ciertas exageraciones y a unas cuentas mentiras por parte de la gente a la que no le gustó. Esta transcripción incluye todas mis morcillas –que fueron muchas- y solo esta ligeramente retocada para eliminar frases redundantes.

Permítanme explicarles la situación: la sala era gigantesca. En ella se encontraban alrededor de 3.000 profesionales de los cómics, sobre todo libreros especializados, pero también representantes de casi todas las grandes editoriales y docenas de guionistas y dibujantes.

Tras una generosa introducción de Steve Geppi, jefe de la distribuidora Diamond Cómics, subí al podio con el corazón en la garganta…


Déjenme empezar pidiendo que se unan a mí para honrar la memoria de dos grandes hombres. Soy lo bastante sentimental como para pediros que os pongáis en pie para hacerlo. Por favor, un aplauso para el mejor amigo que nunca hayan tenido los cómics: el Sr. Don Thompson.

Y otro aplauso –mayor si es posible, quiero que esta vez tiemblen las paredes: para el mayor dibujante de la historia de los cómics, el Sr. Jack Kirby.

Bien, es una sala muy grande, pero creo que lo que han conseguido. Las paredes han temblado por Jack, como lo hubieran hecho en una de sus páginas

Con la muerte de Jack Kirby termina una era. A los que nos dedicamos a esto, nos gusta utilizar la palabra “era”. Y se nos ha ocurrido media docena de nombres en la última docena de años. Pero una era muy importante ha llegado a su fin y, tengo que decirlo, no la llamaré la Era Marvel de los Cómics, porque lo mío no es recompensar el robo. La llamaré la Era Jack Kirby de los Cómic.

Al decir esto, no quiero menospreciar el increíble trabajo de Stan Lee, Steve Ditko y muchos otros. También estamos en deuda con ello. Pero fue Jack Kirby quien definió el estilo y el método de todos los dibujantes que vinieron detrás. Hay un “Antes de Kirby” y un “Después de Kirby”. Una era no se parece a la otra.

El rey ha muerto. Y no hay sucesor al título, Nunca habrá nadie igual.


Y hoy tendríamos que honrar a muchos otros. Muchos. Demasiados. Los cómic tienen suficiente edad como para que hayamos perdido a la generación que dio forma al arte y la industria que homenajeamos esta noche. Nos legaron su ejemplo de los mejor que tiene nuestro pequeño y extraño rincón en el arte y la industria: su amor por los cómics.

La mayoría de ustedes y yo hemos sentido ese amor toda la vida. Y a nuestras familias, nuestros compañeros de colegio y simples conocidos les parece un poco antinatural ¿verdad? Siempre les ha sonado un poco raro ¿verdad?

Aguantad un rato. Mientras les hablo de Frankie Markham y de cómo me enamoré de los cómics.

Cuando estaba en el colegio, yo era un chico flacucho, la clase de chico que crece demasiado deprisa y se cae demasiado a menudo jugando a béisbol. Frankie Markham era mi Némesis. Frankie Markham era grande, malo y feo, y varios años mayor que yo. Un duro chico de campo, un matón. Debía de tener unos doce años. Ya saben a lo que me refiero. Un adulto.

Yo empecé queriendo ser Superboy. Mi madre fue tan amable como para hacerme un traje de Superboy y yo solía llevarlo debajo de la ropa de colegio. Solo me atrevo a reconocerlo ante un público como el de hoy.

Hasta que llegó el día en que tuve que dejar de ser Superboy. Fue el día en que Frankie Markham me abofeteo y le dio una paliza a mi amigo Craig. Le pegó tan fuerte que le arrancó su aparato de los dientes. Craig no paraba de sangrar y yo lloraba como un niño. Era lo único que podía hacer: llorar como un niño.

Había destrozado mi fantasía. Superboy hubiera aplastado a Frankie Markham o, como mínimo, hubiera utilizado su visión calorífica. Supe que ya no podía ser Superboy. Era el momento de crecer y crecí. Con un punto de vista nuevo, pragmático, hice lo más realista. Lo maduro. Lo adulto. Decidí que era Spiderman.

Spiderman también tenía problemas con los matones. Éstos le dejaban en ridículo delante de las chicas. Le insultaban. Pero él lo aguantaba todo, guardando el secreto de su increíble poder. Aguantaba y aguantaba, como yo. Aguantaba y aguantaba, hasta que…

Y ahora, llega el clímax de mi relato. Al menos eso me gustaría. Me encantaría decir que fui dando patadas al culo de Frankie Markham desde Vermont hasta Wisconsin, pero nunca lo hice. Nunca peleé con Frankie Markham y, de haberlo hecho, había perdido. Pero aprendí a enfrentarme a bravucones con mis puños y mi ingenio. Y Spiderman me ayudó. Gané valor, aprendí a controlar mis brazos y mis piernas, y me enfrenté a ellos. Así conseguí ganarme el respeto de Frankie Markham.

Y Spiderman me ayudó.

Años después volví a ver a Frankie Markham. Iba conduciendo mi propio coche, así que debía tener 17 años por lo menos. Conducía por una carretera secundaria de Vermont y allí estaba él, haciendo autostop. Lo recogí y lo volví a dejar en alguna otra carretera secundaria. En el camino, comentó que le habían dicho que me trasladaba a Nueva York y que quería convertirme en dibujante de cómic. Opinaba que era genial.

Bajó de mi coche y vi como se alejaba. Vi a Frankie Markham alejarse carretera abajo. Mi antiguo Némesis. De repente, me pareció pequeño y triste. A veces, aunque no muy a menudo, me pregunto que habrá sido de Frankie Markham.

Los cómics siempre han sido desesperadamente importantes para mí. Como refugio. Como inspiración. Como vehículo de mis fantasías. Como profesión. Sé que no soy el único, y menos en esta sala, en amar a los cómics por lo que son y lo que pueden hacer. Es ese amor el que creó esta industria.

Jack Kirby fue el mejor y más genial de una generación que puso tanto amor en sus páginas, que toda la industria creció en torno a él. Fue una generación sorprendente. Una generación épica ¡Cuando piensas en lo que llegaron a hacer…! Se abrieron paso durante la Gran Depresión. Este mismo mes estamos celebrando cómo desembarcaron en las playas de Normandía, derrotaron a Hitler y, casi literalmente, salvaron al mundo. Y en el camino, gracias a su generosidad, nos dieron los cómics.

La Gran Depresión

Y ahora, tengo la suerte de ser una parte lo suficientemente importante de este juego, como para que me inviten a hablaros del futuro de los cómics. Y lo haré. Pero no se puede hablar del futuro de los cómics sin mirar al pasado. No hay forma de comprender adecuadamente donde estamos y hacia dónde nos dirigimos sin mirar de dónde venimos… y la historia está tan oculta por malas interpretaciones y francas mentiras, que quiero aclarar unas cuantas para que podamos entender bien las cosas.

La historia ha sido escrita por nuestro villanos demasiadas veces. Es muy importante que tengamos esto en mente porque, hasta hace muy poco, todo lo que había de bueno en los cómics lo era a pesar de las reglas del juego, no gracias a ellas. Hombres como Jack Kirby, Joe Shuster, Jerry Siegel, Wallace Wood y Steve Ditko, pusieron tanto amor en sus páginas, tanta alegría en nuestras vidas y tanto dinero en nuestras cuentas corrientes, que es fácil olvidar, demasiado fácil olvidar que fueron tratados de manera vergonzosa.

Joe Shuster

La nuestra es una historia triste y lamentable. Tenemos que tenerla muy presente en esta sal. Es una historia llena de vidas truncadas. De suicidios. De grandes talentos tratados como galeotes. Talentos a los que se le negó la autoría de lo que crearon con sus mentes y sus manos. Olvidados o tratados como algo molesto, mientras sus creaciones producían millones y millones de dólares.

Y, a pesar de todo eso, la industria se mantuvo viva por amor.
El amor que pusieron en cada página. Algo muy poderoso.

Debemos honrar a nuestros muertos y comprender nuestra historia. No podemos avanzar sin ver claramente de dónde venimos.

Malas interpretaciones. Francas mentiras.

Malas interpretaciones. Esto es así. Y nos ha costado caro. Los temibles años 50. Fredric Wertham. El mundo exterior.

Fredric Wertham, hecho por Rob Donelly

Parece que no hay semana en la no me siente con mi Comic Buyer´s Guide y lea que alguien, en algún lugar, se queja amargamente del todopoderoso mundo exterior y advierta que nuestras aventuras se vuelven más peligrosas. Nadie nos persigue expresamente, pero hay un cierto olor a censura en el aire ¿verdad? Se ha armado mucho jaleo sobre Janet Reno, y Paul Simon, y Beavis & Butt-Head, ¿verdad? Y sabemos lo que pasó la última vez, ¿verdad? En los años 50, con Fredric Wertham y las audiencias del senado. Nos pararon los pies, ¿verdad?

El mundo exterior llegó y se fijó en nosotros. El senado de los EE.UU. se reunió en sesión y decidió que los cómics causaban la delincuencia juvenil, ¿no? Así que intuimos el Comics Code, ¿no? Nos pusieron contra la pared ¿no?

Pues no. Mentira. No lo hicieron. El senado nos adsolvió. Frederic Wertham fracasó.

Nuestro sentido de la historia es así de absurdo. La mayoría de la gente que trabaja en esto no se da cuenta de que el senado nos absolvió. Tras sus deliberaciones, elSenado de los EE.UU. decidió que los comics no eran la causa de la delincuencia juvenil. Fuimos absueltos.

¿Por qué entonces el Comics Code? ¿Abyecta cobardía, quizás? Puede que en parte, pero no totalmente.

Fuimos absueltos. ¿Por qué la industria adoptó un código de autocensura más estricto que cualquier industria del ocio? ¿Por qué un industria vital, saludable, que vendía comics a carreteadas -¡diablos, a camionadas!- se castró a sí misma?



La respuesta puede ser un poco demasiado fuerte para algunos estómagos. Las editoriales de los años 50 tenían un problema. Y este problema tenía nombre William Gaines.


William Gaines

William M. Gaines era la más infrecuente de las criaturas, un editor genial. Sus EC Comics vendían muchísimo más que los demás porque eran mucho mejores que los de los demás. Muchísimo. Las demás editoriales no podían competir con él. Bueno, no lealmente. Utilizaron el miedo que flotaba en el ambiente para hundirlo.

Si leen el Comics Code –y yo lo he hecho- verán que sólo fue escrito para echar del negocio a EC Comics. Se creó para eso y lo consiguió (agitando un ejemplar de Americana in Four color, un folleto publicado por el Comics Code)

Puedo demostrarlo. Aquí tengo una copia del Comics Code. (Arrancando la cubierta del folleto).

Perdónenme, pero tengo problemas para abrirlo.

Aquí hay un par de ejemplos del Comics code. Directrices Generales, Parte A, párrafo 11 “Las letras de la palabra “crimen” nunca podrán ser más grandes en dimensión que otras palabras que aparezcan en la misma cubierta. La palabra “crimen” nunca deberá aparecer en una cubierta” Adiós, Johnny Craig. (Arrancando páginas del folleto y tirándolas)

Y en Directrices Generales, Parte B, párrafo A: “Ninguna revista de comics usará las palabras “horror” o “terror” en su titulo”.

Crime SuspenStories #22 portada de Johnny Craig

Un noble esfuerzo, amigos.

Por eso hemos tenido ese estúpido Comics Code todos estos años. No para proteger a los niños. No para satisfacer al Senado de los EE.UU. No para aplacar a Frederic Wertham. Hemos padecido del Comics Code todas estas décadas porque un montón de piojosos editores de los años 50 quisieron hundir a Bill Gaines.

Malas interpretaciones. La expuesta anteriormente continúa persiguiéndonos. Por culpa de algo que nunca pasó, nuestra industria chilla como un niño apaleado, cada vez que se cierne la sombra de una amenaza proveniente del mundo exterior. Cada pocos años, el medio se reproduce. Cada pocos años, los productores de historias sobre héroes que nunca se rinden, empiezan a lloriquear y a decir que deberíamos rendirnos ante un enemigo que ni siquiera nos ataca.

Hoy día, la forma moderna de autocensura es el sistema de calificación. Las advertencias en la cubierta son enarboladas como varita mágica que mantendrá a los censores a raya. Advertencias en la cubierta. Disculpas impresas en los rincones de las cubiertas. A nadie le importará que nos hayamos disculpado… si lanzan las tropas contra nosotros, diremos que lo sentimos mucho y todo solucionado.

¡Oh, vamos! ¿Qué clases de autoengaño es ése? ¿Las advertencias en la cubierta ayudaron a Omaha the Cat Dancer, o a Yummy Fur o a cualquier otro? ¡No! Si en algo contribuyeron, fue a llamar la atención sobre ellos.

Esa es la principal razón de que las advertencias en la cubierta sean una mala idea: simplemente, no funcionan. Lo único que hacen es ahorrar tiempo a los censores.

Compréndanme, por favor: creo que tienen derecho a saber lo que están comprando. Las órdenes de pedido deberían advertirnos que un cómic puede ser problemático, para que ustedes puedan tomar la elección para su tienda, en su comunidad, sobre cómo exponer el cómic al público… si es que quieren exponerlo. Esa decisión es de ustedes. Y mi deber es diseñar mi cómic para que el formato, el precio y la cubierta representen su contendió con honestidad.

Es una cuestión de elección. La de ustedes y la mía. Y de si vamos a poder tomar esa elección libremente.

Sé que no estoy en primera línea de frente como ustedes. Nadie va a ir a mi estudio y quitarme mis lápices, mis pinceles y mi papel de dibujo. Pero estamos juntos en esto. Y cuando ustedes pierden, yo pierdo.

Por eso, me siento feliz de que se me haya dado al menos una oportunidad de ayudar. Denis Kitchen rompió la tradición de cobardía en la historia de los cómic, creando el Fondo para la Defensa Legal de los Comic-Books, la primera organización destinada a luchar contra la censura en vez de rendirse ante ella. Denis me invitó a unirme a su junta directiva y, antes de darles la oportunidad de que se arrepintieran, acepté.

Denis Kitchen y Will Eisner

Tenemos que ser valientes cuando los censores ataquen, si es que atacan. Tenemos que resistir, y resistir juntos, y darle un puñetazo en la nariz al matón. Las disculpas solo envalentonarán a los Frankie Marlkhams, y volverán una y otra vez.

Hay otra razón más seria y más sutil. De por qué las advertencias den la cubierta son un paso al desastre en nuestro futuro. No somos parte del mundo electrónico. No jugamos a lo mismo que juega Hollywood con los censores. Somos parte de una industria más pequeña y mejor: la edición.

Las librerías no se disculpan por vender libros para adultos. Los escritores de libros no tienen que someter su trabajo a puñado de sistemas de clasificación burocráticos o sentarse frente a su ordenador cuando tienen una buena idea y pensar: ¿Clasificaran “R” mi trabajo? Los editores de libros utilizan la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos como escudo contra la censura.

Las advertencias en la cubierta tienen un efecto corrosivo. Me atrevería decir que, cuando un editor los utiliza, cada vez que un autor permite que las pongan en su trabajo, está en cierta medida, cortando el nexo que une con las editoriales de libros y con la protección de la Primera Enmienda. Cada advertencia en cubierta es una señal para que los padres perezosos y los políticos oportunistas sepan que somos presa fácil.

Somos mejores que eso. Tenemos demasiado amor para eso. No dejemos que las malas interpretaciones sobre nuestra historia arruinen nuestro futuro. Somos mejores que eso.

Falsas interpretaciones. Francas mentiras. Nuestra historia ha sido escrita por los villanos demasiadas veces.

Mentiras. Se han dicho un montón de mentiras sobre una misma persona: Neal Adams está loco. A Neal Adams no le gusta trabajar. Neal Adams sólo es un buscapleitos.

Puedo asegurar, como testigo de primera mano: si se escribiera una historia de los cómics veraz, Neal Adams no sólo sería reconocido como un dibujante increíble y que ha creado escuela, sino como un visionario. Un pionero. Como un de los héroes de la historieta. Y si nuestro futuro es tan brillante como creo, Neal Adams será visto como el hombre que nos ayudó a dar un decidido paso hacia el futuro.

Yo estaba allí. Puedo testificarlo. Neal Adams es la prueba de cómic maltratan el talento. Por mucho que ame hacer comics… ¡nunca he visto a nadie trabajar tan duramente! Cualquiera que lo haya visto puede decirlo. Ni siquiera la gripe lo detenía… Por mucho que amase lo que hacía. Neal estaba dispuesto a sacrificar horas, días, por lograr alguna justicia para Siegel, Schuter y los demás.

Hoy día, los dibujantes negocian los derechos de autor que recibirán, no si les pagarán esos derechos. Neal llegó a esta profesión cuando nadie hablaba de derechos. Una profesión en la que los editores permitían habitualmente que los originales fueran robados o destrozados… ¿saben que un gran editor, por lo menos solía romper los originales por norma?

Imagínate algo de la Edad Dorada. Algo de tu dibujante favorito. Joe Kubert, quién sea, Carmine Infantino. Cuando los originales eran enormes (gesticulando para indicar el tamaño de la página). Ahora, imaginen esa página de Joe Kubert siendo metida en la máquina destructora de documentos y viendo como por el otro lado sólo salen tiritas de papel (descripción mímica de la acción). Sólo les describo el primer trabajo que hicieron para un editor varios guionistas que conozco.

Neal Adams

Neal fue uno de los pocos que contribuyeron a que eso cambiase. Y, además, enseño a una generación más joven, mi generación, que nuestro trabajo era digno de respeto. Que nuestros esfuerzos merecían ser recompensado. Que nuestras familias no tenían por qué pasar hambre, mientras nuestras creaciones generaban millones.

El me enseñó, me mostró que ser leal a una compañía en aquellos tiempos, era una contradicción intrínseca en la que sólo un tonto podía creer. Tuvo que tener mucha paciencia. Pero nunca aprendemos hasta que nos toca a nosotros, ¿verdad? Y siempre está esa vocecita que nos dice “Son cosas de hace mucho, mucho tiempo, de los tiempo de Siegel y Schuter, y Kirby, y Ditko…”

No me extraña que, muchos de nosotros, nos sorprendiéramos al descubrir que 17 años de leal servicio y ventas espectaculares no sirvieron para que Marvel Comics sintiera un ápice de lealtad hacia Chris Claremont.




Parece que no hay semana en la no me siente con mi Comic Buyer´s Guide y lea que alguien, en algún lugar, se queja amargamente del todopoderoso mundo exterior y advierta que nuestras aventuras se vuelven más peligrosas. Nadie nos persigue expresamente, pero hay un cierto olor a censura en el aire ¿verdad? Se ha armado mucho jaleo sobre Janet Reno, y Paul Simon, y Beavis & Butt-Head, ¿verdad? Y sabemos lo que pasó la última vez, ¿verdad? En los años 50, con Fredric Wertham y las audiencias del senado. Nos pararon los pies, ¿verdad?

Sólo fue una de las muchas lecciones aprendidas por mi generación.Y, ahora que la hemos aprendido, es sorprendente descubrir cuántos aliados tuvo Neal Adams,,,y lo bien disfrazados que estaban. Hace unos meses, leí una nota de presan de Defiant Cómics y descrubrí que Jim Shoter había pasado toda su vida luchando por los derechos de los autores. Si me oinchan, no sangro.

Sabía que Shoter tenía talento y era competente. Sabía que había tenido algo que ver con la Legion de Superhéroes. Pero no tenía ni idea de que fuera Robin Hood.

Jim Shooter

Malas interpretaciones. Mentiras.

Hay una mentira que saci podriamos perdonar, dada la actual situación de su fuente. Marvel Comics intenta vendernos la idea de que el único componente importante en los cómics son los personajes. Como si nadie hubiera creado esos personajes. Como si el público fuera tan estúpido que no supiera distinguir un trabajo bueno de uno malo. Casi puedes perdonárselo, dado que sus personajes no les están dejando abandonados como lo están haciendo los autores con talento.

Para mi es un alivio ver como se pone en entredicho la vieja mentalidad de Marvel, la del "trabajo-de-encargo, el talento-no-importa". Todos estamos viendo los resultados. Ni siquiera están redistribuyendo las sillas.

Y luego. tenemos la forma en que Marvel les está tatando. A todos. ¡Las cosas que me han contado...! Tengo la sensación de que si consiguiera esquivar ala secretaria de Terry Steward y pasar a través de su despacho hasta la sala de juntas y viera quién es el verdadero dueño de Marvel, quizá acabse descubriendo dónde ha terminado Frankie Markham.

El cambio de rumbo de nuestra industria ha pillado por sorpresa a Marvel Comics. Están pagando el precio de separar el talento de los personajes. Como si unos funcionasesn sin el otro. Están demostrando por qué es tan importante que yo sea el porpietgario de mi trabajo. No sólo a mí, es obvio, sino también a ustedes.

El "trabajo-de-encargo" no solo es malo para los autores. Es malo para el negocio. Sus negocios.

Cuando visito alguna convención o libreía especializada para firmar ejemplares, siempre me suelen hacer la misma pregunta. Los fans son generalmente muy educados, pero demuestran cierta irritación al hacer esta pregunta:

"¿Por qué ciertos autores no se quedan nunca en una misma colección?"

"Nos encantaba tu Batman, ¿Por qué no te quedaste? Nos encantaba tu Daredevil ¿Por qué no seguiste en la colección?"

Hay un montón de respuestas a esa pregunta. Te hartas del personaje. Te peleas con tu colaborador. Bla-bla-bla. Siempre pasan cosas. Pero la principal razón de que dejemos colecciones que se venden muy bien, en editoriales que dan "trabajo-de-encargo" es sencilla: acabas harto de sentirte como un imbécil.

No me entiendan mal. Como todos los de mi generación, sabía dónde me metia. Sabía que estaba jugando con los juguetes de la editorial. Sabía ue todos los personajes que creara, se convertirían en carne de cañon para otros autores. Sabía que, cuando me prometieron que nadie más podría utilizar a elektra, solo mantendrían esa promesa hasta el momento en que les interesara romperla... que es exactamente lo que hicieron. Sabía que todosmis esfuerzos no servirían absolutamente de nada si algún director de colecciones quería usar mi trabajo o tenía un amiguete al que sí le apeteciera. No importa lo bien que se vendiera la colección.

No em crean si no quieren. Preguntenle a Chris Claremont. A Louise Simonson. A Mary Jo Duffy.

Si sabía todo eso. Y sabía que estaba explotando el pasado en vez de construir el futuro. El juego era ése y yo lo sabía, y jugué, y disfruté de la pelota. Pero, tras cierto tiempo, empecé a sentirme como un imbécil. Así que corrí el riesgo y me fuí, y firmé un contrato con otro editor más joven, Dark Horse, uno de los muchos nuevos editores que me ofrecían mejores condiciones. Editores que no siguen el viejo sistema "Todo-para-mi".

Y ahora soy más feliz que nunca. Los derechos de Sin City son míos. Nadie puede hacer nada con Sin City sin mi permiso. Y yo no puedo dejar Sin City ni por un instante. Amo sin City. El amor que ponemoms en cada página. Es algo poderoso.

Y ahora por fin, puedo darle al fan irritado la respuesta. Antes no se la podía dar.

Si es Sin City, el guión es mío. Si es sin City, el dibujo es mío. Es una promes. Sin excepciones. Sin episodios de relleno de otros autores. Es una promesa. Y una promesa que pujedo hacer porque tengo los derechos de Sin City.

El autor unido a su creación. El autor controlando su creación. Es mejor para mí y mejor para ustedes.

Así, las cosas serán mucho mejor para ambos. Pero el viejo y temible esquema mental persiste. La vieja falta de autoestima. Y nunca ha sido más desvergonzadamente mostrado que en el resentimiento y el odio con que se ha tratado a Image Comics.

De izquierda a derecha: Marc Silvestri, Todd McFarlane y Rob Liefeld. fondo, Jim Valentino, Whilce Portaccio, Jim Lee y Erik Larsen.

Durante decadas, las podridas prácticas de negocios han provocado una lenta fuga de talentos. Se han ido marchando uno a uno. Uno a uno. Cualquier guionista o dibujante es más o menos reemplazable. Siempre salen chicos nuevos con los que alimentar la máquina.

Entonces, llegaron al maestro de pista Todd MacFarlane y sus sorprendentes amigos. Millonarios al instante, según tengo entendido. su popularidad está en la cima. Tuvieron éxito. Consiguieron fama. No tenian motivos para marcharse. excepto que eran los suficientemente listos como para comprender que lo mejor que puedes conseguir con un "trabajo-por-encargo" es ser un esclavo-bien-pagado.

Así que se marcharon. Y, muy inteligentemente se marcharon todos a la vez.

Piensen esto: Todd MacFarlane y sus amigos le dieron la espalda al dinero seguro. Ala fama segura. Lo arriesgaron todo con algo que nunca se había intentado antes... un sello editorial que representase a un grupo de autores y no a una multinacional.

Fue una apuesta. Nunca lo parece cuando una apuesta sale bien. Pero estoy seguro que Todd, y Jim Lee, y Rob Liefeld, pasaron noches muy largas preguntandose si habían cometido el mayor error de sus vidas.

Apostaron y ganaron. Destrozaron la mentalidad del "trabajo-de-encargo", demostrando lo innecesario que es. Más sorprendente, rompieron la supremacia de Marvel en el mercado. Los lectores se fueron con ellos.

Y la gente les odia por eso.

Piensen esto: el cómic mejor vendido del país es propiedad de sua utor. Y los autores no están celebránsolo. Demasiados de nosotros actuamos como galeotes, que jándonos de que el barco tiene goteras.

Piensen esto: guiónice un número de Spawn y me llamaron traidor. Pero nadie me llamó traidor cuando hice Dark Knight y gané mas dinero que Bill Finger, Jerry ronbinson y Dick Sprang juntos en toda sus vidas.

Spawn #11 el ejemplar donde participó Miller

Piensen esto: Gracias a Image Comics, los autores disfrutan de nuevas oportunidades y están mejor pagados, incluso en Marvel Comics.

Y nadie ha dicho: "Gracias".

Y, hablando como un precursor de esta lucha, también de nada.

Ahora Image ha inspirado Legend y Bravura, y, estoy seguro. habrá otras companias basadas en autores de talento. Llegarán mejores tiempos y mejores cómics.

Hay nuevos autpres que se autopublican y nuevos editores que ofrecen contratosmás justos y honrados. Nuevas editoriales paranuevas creaciones, en un campo que ansiaba algo nuevo y fresco. El futuro de los cómics.

Sé que para muchos de ustedes han sido tiempos difíciles, quizás para todos. La Era Marvel de los Universos de Superhéroes, la Era de los Cómic Jack Kirby está llegando a su fin. Se ha convertido en una supernova, se ha consumido a si misma y ha empezado a colapsarse lentamente hasta que forme un agujero negro.

No podemos vivir eternamente del genio de Jack Kirby. El Rey hamuerto y no tiene sucesor. Nunca veremos a nadie como él. Nadie lo sustituirá. Ninguna forma artistica puede aspirar a crear más de un talento tan genial como el suyo.

El resto de nosotros, nos apoyaremos en su legado. Pondremos todo nuestro empeño, nuestra ilusión y todo nuestro duro esfuerzo. Meteremos la pata, tendremos suerte,acertaremos, nos equivocaremos. Hacemos cómic diferentes y atrevidos. Correremos riesgos.

Y también necesitaremos que ustedes los corran. cuando oigan hablar del nuevo universo de superhéroes "de encargo", por favor, no repriman el bostezo. Arriesgense con los nuevos cómic. Busquen aquellos en los que sus autores tienen todos los omtivos para quedarse y no ser despedidos porque suyos y su trabajo son de ellos.

Es un momento que asusta, porque el cambio siempre asusta. Pero están puestas todas las bases para una nueva era de los cómics, nueva y orgullosa. Y nada se interpondrá en nuestro camino, nadaimportante. Nada escepto las viejas y nefastas costumbres y nuestros propios temores. No permitan que nos detengan. Dejenlos en una carretera secundaria como hice con Frankie Markham. No nos preguntaremos qué les ha pasado. Almenos, no muy a menudo.

No dejaremos que nos detengan. (Fin)



*Extraido de http://plusgonzo2.blogspot.com blog peruano altamente recomendable donde encontraran mucha info y notas como esta que cpie del site.

Monday, September 27, 2010

Ojo de Halcon:vista final


Un pequeño gusto y a su vez el sueño del pibe.Gracias Adrian por este homenaje a Cromy y sus cartas que tanto me entretuvieron en mi infancia.

Fer!S

Tony vs Sarah Palin

zado
Un trato justo.

Fer!

Tony vs Sarah Palin by ~sapienstoonz on deviantART

Y algo lindo para ver,el homenaje disfrazado de publicidad al gran Milo Manara hecha por el estudio argentino Encuadre

Sunday, September 26, 2010

Feliz cumpleaños Barricada(3 añitosss)




Feliz 3 años a los compañeros de barricadas y los amigos que hacen e hicieron el aguante durante este tiempo caminando juntos.
Un saludo y espero les guste el pin- up.


Barricada cumple 3 years by ~sapienstoonz on deviantART

Thursday, September 23, 2010

Barricada #5 edicion en ingles ahora en Indyplanet



Hola amigos,esta es la buena nueva de la semana,ya esta disponible esta edición especial en ingles de nuestra revista dentro del catálogo de Indyplanet.Quien quiera hacerse de este numero no tiene mas que ir al sitio de dicha imprenta y pedirlo on line via paypal.
Les dejo el link del mismo:http://indyplanet.com/store/advanced_search_result.php?keywords=barricada+%235&osCsid=dgu1md3u6u8k5jtgrvgi3ffi27&search.x=0&search.y=0.

Sonamos,cierra Wildstorm y Zuda comics

Otra fuente de trabajo que se cierra para los dibujantes norteamericanos y de muchos otros paises que trabajan en la firma,aunque los personajes,según lo anunciado,seguirán bajo el sello DC.
El informe en Newsrama:http://www.newsarama.com/comics/dc-publisher-wildstorm-zuda-100921.html

Wednesday, September 22, 2010

Big Joe Krash



Mucho antes que Gorillaz estuvo este experimento de combinar,animación,hip-hop y un comic book a cargo de Kyle Baker.Producido por Marshall Chess legendario productor de los Rolling stone y editado por Marvel Music Inc.Les comparto este pequeño hallazgo.Espero lo disfruten como yo lo he hecho.

Fer!S


Tuesday, September 21, 2010

Roy Crane y Buz Sawyer (2da parte)

Una de las tantas autocaricaturas de Roy Crane, quien supo aunar la comedia con el drama en sus historietas. Su humor era el reflejo de su bonhomía y de su temperamento personal.


Vale la pena observar los detalles del arte de Roy Crane y algunas de sus características, en base de una pequeña selección temática de sus tiras.

El uso del Craftint le daba una característica única a la tira de Buz Sawyer. Posteriormente, su ayudante Leslie Turner y continuador de la serie Captain Easy, lo utilizó con gran habilidad.
El Craftint consiste en una cartulina preparada de fábrica para recibir dos emulsiones, una de las cuales resalta una trama de líneas oblicuas, y la otra descubre una trama cuadriculada:


Crane dibujaba con el pincel embebido en la emulsión y lograba resultados fantásticos.
Las dos tiras siguientes son escaneos de originales, tomados de la red:





El formato chato de las tiras de diario incentivaba a Crane a lograr soluciones inusuales para mostrar adecuadamente las imágenes:




En Buz Sawyer abundaban las onomatopeyas, y además, Crane utilizaba diferente tipografía para caracterizar a algunos personajes. Las letras de los globitos del Barón Loco se asemejan a las letras góticas alemanas; y los japoneses "hablan" con letras hechas con trazos parecidos a los de la grafía oriental:

Una tira ejemplar: Crane prefiere evitar el texto superfluo y expresarse más con las imágenes.

Roy Crane fue un verdadero maestro de la acción en secuencia continua, y no sólo dentro de cada tira, sino continuando de una a otra; casi un dibujo animado:

Los movimientos conservan un toque caricaturesco, pero son veraces y concordantes.

Otra secuencia magistral de Buz huyendo por los techos. Excelente aplicación del Craftint y las siluetas. Las tiras en conjunto no desarmonizan al formar una página:


Una fenomenal secuencia nocturna con Buz en una locomotora a todo vapor. Nuevamente el dominio de las sombras y el Craftint crean una secuencia antológica:




A lo largo de las presentaciones que hemos visto, se capta la preocupación por la documentación y la creación de ambientes, que a veces parece un afán paisajístico de Crane:

Muchas veces, el autor de Buz Sawyer visitó bases e instalaciones militares para documentar con fidelidad sus dibujos. En la foto, practicando en una aeronave de un portaaviones:


Roy Crane obtuvo, en 1950, el Reuben Award of National Cartoonist Association, como Cartoonista del Año; en 1965 le fue otorgado el Story Comic Book Award.

Su última tira apareció el 21 de abril de 1977; él falleció en Florida el 7 de julio de 1977.
Buz Sawyer fue continuado por otros dibujantes y argumentistas hasta 1989, pero ya no era la misma historieta, ni gráfica ni argumentalmente.
Fue convirtiéndose, desde los años de Wash Tubbs y Capitán Easy hasta Buz Sawyer, en el referente de la línea clara en dibujo, y en cumbre de la técnica historietística.

Roy Crane y Buz Sawyer (1ra parte)

Sesenta años atrás, leíamos las aventuras de Buz Sawyer en Intervalo y El Tony, en El Libro de la Historieta y en el Album de Pif -Paf , de Editorial Tor, publicaciones que rearmaban en página el formato de la comic-strip. Más tarde, lo veríamos en los cuadernillos apaisados de Gran Bonete, que publicaba las tiras tal como venían del syndicate; algún diario rioplatense lo presentó con el nombre de As Solar (!).

Buz Sawyer comenzó a publicarse en noviembre de 1943 y, naturalmente, Buz era un aviador que combatía en la guerra de USA contra Japón (como Terry Lee y Johnny Hazard), pero pronto volvería a la vida civil y sus aventuras se harían divertidas y pintorescas.

Las dos primeras tiras de Buz Sawyer, quien aparece en la segunda, acompañado por su amigo Rosco Sweeney, quien luego protagonizaría la página dominical de la historieta:


El creador de Buz Sawyer fue Roy (Royston Campbell) Crane, un texano de 42 años, que ya había cosechado enorme popularidad con su tira Wash Tubbs, rebautizada Captain Easy (aquí conocido como Capitán César, y Capitán Albert) por el éxito de este personaje secundario.
Roy Crane continuaría la realización de Buz Sawyer hasta su fallecimiento en 1977.

Ya en una de las primeras aventuras, Crane se dibujó a sí mismo como un personaje eventual:


Buz Sawyer
fue una de las historietas más completas que se han publicado y debido a la experiencia de su creador, fue buena desde su principio. La conjunción de argumento y dibujos de gran calidad, el cuidado en la documentación y ambientación, la simpatía y nobleza de sus personajes, las entretenidas peripecias y, sobre todo, el claro y perfecto canon historietístico que Crane practicaba con absoluta maestría, llevaron a Buz Sawyer a los primeros puestos de preferencia de los lectores; de todos los lectores: los que lo leían por puro entretenimiento y quienes se interesaban en la técnica y el arte de la historieta.


Una de las circunstancias poco y nada habituales en las historietas de esos tiempos: el rostro de Buz cambia (y, en rigor, adquiere más carácter):


Con el tiempo, Buz Sawyer contraerá matrimonio con la simpática Christy Jameson (y Crane recibirá las felicitaciones de Harold Foster, gran admirador suyo). Roy Crane, que se había iniciado en su juventud como ayudante del caricaturista H. B. Webster, conservó siempre la veta humorística y amable de su anterior creación, aunque más apaciguada, y así desarrollaba breves interludios graciosos, románticos o domésticos:


Las jóvenes mujeres que delineaba correspondían físicamente a un determinado tipo femenino y tenían importancia en el desarrollo de las aventuras:


Una dama inolvidable: Sultry, o Cobra, apasionada e inescrupulosa, pero capaz del sacrificio máximo por Buz:


Cada elemento que agregaba Crane era un acierto seguro, como, por ejemplo, los villanos enemigos de Buz. Ahí estaba el crudelísimo mister Sparrow, sádico, rencoroso y acomplejado, que esporádicamente reaparecería en diferentes episodios:


Otro de los malvados fue el Barón Loco, un obsesionado maligno y brutal:


Buz también debió enfrentarse con los Hombres Leopardo, clásicos villanos en las aventuras de la época:


El estilo de dibujo de Roy Crane, pulido y preciso, y su guion propio, inteligente y adecuadamente desarrollado, hicieron de Buz Sawyer una historieta modelo del género.

A continuación, la 2ª parte de esta nota.


*Extraído de http://chiquirritipis.blogspot.com/2009/04/buz-sawyer-de-roy-crane-1943-1-parte.html

Entrevista a Fontanarrosa (revista Sudestada)



Fontanarrosa: “En el humor, lo que funciona es el aquí y ahora”

Por:
Sudestada


Rosarino, humorista y escritor (en ese orden), Roberto Fontanarrosa accedió a una charla sin desperdicio con Sudestada. La palabra de uno de los hacedores de historias más talentosos del país.

Arremolinados cual moderna versión sureña del malón de Pinzén, los integrantes del staff de Sudestada rodeamos al escritor y lo dejamos sin escapatoria. El hacedor de personajes tan entrañables como Inodoro Pereyra, Boggie, Mendieta y la Eulogia tenía algo para contarnos. Los que siguen son algunos tramos de la charla con Roberto Fontanarrosa a lo largo de un desordenado reportaje donde se abordaron temáticas diversas, desde la tapa amarilla de la colección Robin Hood hasta los eruditos en palos borrachos.

Cómo es eso de ir y venir a Buenos Aires, ¿estás acostumbrado a las dos ciudades?

Buenos Aires me es familiar en ciertos circuitos porque es muy grande, hay zonas por donde no he ido nunca. Por momentos me da la impresión de que Buenos Aires es medio inabarcable. Casi siempre mis circuitos estuvieron ligados a donde estaba ubicada la editorial, no salgo mucho de eso, pero me resulta una ciudad bastante familiar y con mucha gente amiga. De cualquier manera, volviendo un poco a la primer pregunta, tengo la sensación, más bien es una sensación que una certeza; y por lo que me cuentan amigos míos que viven en ciudades grandes: a chances económicas parecidas, la calidad de vida es mejor en ciudades más chicas. La ciudad es más tranquila, hay menos despelote para estacionar, el tráfico, son menos violentas, a medida que van achicándose, hay menos problemas desde ese punto de vista.

¿Ya conocés las mañas de la gente?

Sabés que pasa, que Rosario tiene características muy similares a Buenos Aires; es como una Buenos Aires chiquita, desde el punto de vista del diagrama social, por llamarlo de alguna manera. Es una ciudad fundamentalmente italiana de inmigrantes, una ciudad portuaria, una ciudad más tanguera que folklórica, muy futbolera como Buenos Aires. Está demasiado cerca de Buenos Aires, entonces tiene todos los tics y todas las manías. Están los resquemores propios del interior hacia la Capital, están los comentarios de la gente grande que dice que Buenos Aires nos robó el puerto, que era un puerto muy importante y la gente de acá hizo una cantidad de cosas para de alguna forma destruirlo, cantidad de partidos de fútbol que nos han afanado... Todas esas cosas que cuando no estaba la televisión, era mucho peor. Incluso esto lo cuentan los jugadores y dicen que era un choreo total, pero bueno, la verdad, cuando iban a Rosario también los afanaban, el localismo se daba en todos lados. Pero no hay así una diferenciación con el porteño, como por ejemplo, que vaya gente de Buenos Aires y sea tratada distinto como sí puede llegar a pasar en cualquier lugar de Latinoamérica, por ejemplo.

¿Tu formación literaria comenzó con tu trabajo en la historieta?

Era anterior pero muy caótica. Te digo que el arranque de todo esto surge del gusto por la lectura, aunque más que nada yo leía historietas, y a veces la historieta genera un buen hábito de lectura, mejor dicho, genera un hábito de lectura que se supone que es bueno. Dentro de eso, por supuesto, es un género que a veces se toma muy a la ligera, no por los que lo leen sino por los que lo hacen; pero es como un instrumento: si vos lo usas bien pueden surgir cosas muy buenas, como El Eternauta, por ejemplo, que era una obra realmente fuerte y muy bien hecha. Nosotros tuvimos un poco la suerte de agarrar toda la época de Hora Cero y Frontera con Oesterheld, Hugo Pratt, todos estos tipos que ya te daban un nivel alto y mucho entusiasmo con respecto a la cosa del dibujo y todo eso. Y de ahí pasé a leer otro tipo de cosas, pero lo más cercano era la colección Robin Hood, esos libros amarillos donde estaba “El principe valiente”, era esa aventura romántica que uno leía porque se entretenía y no porque era obligatorio o por ser un intelectual. También estaban los libros de Jack London, estaba Colmillo Blanco, Joseph Conrad, Emilio Salgari. En mi casa, mi viejo no leía, pero mi vieja siempre leía lo que fuera, pero realmente para entretenerse. Después, a instancias de algunos amigos en la revista, empecé a leer mucho a los narradores norteamericanos, a Hemingway, Norman Mailer, Truman Capote, Sallinger, y me di cuenta de que era un poco la manera de narrar que a mí me gustaba o me gusta: tipos que cuentan algo bastante linealmente. Para mí fue como un descubrimiento empezar a leer autores argentinos, fundamentalmente porque hablaban como hablaba mi viejo o los amigos de mi viejo, porque yo leía la colección Robin Hood y eran traducciones al español de los ingleses, a mí me podía gustar más o menos pero los personajes no hablaban como hablaban en mi casa, entonces para mí eso fue un descubrimiento, pero como ya te dije, siempre leí muy caóticamente.

¿Y con la historieta, cómo te fuiste acercando un poco a ese mundo?

Siempre había leído historietas y he tratado de dibujar esas cosas, en un momento me agarró toda la euforia de Pratt, pero que ya venía de otros dibujantes norteamericanos. Pero antes yo le copiaba mucho a Frank Robbins, que era un yanqui que dibujaba “Jhonny Hazard”, una historieta de aventuras absolutamente pro-yanqui que salía en El Tony. Jhonny Hazard era una especie de Indiana Jones, el estilo, todo, y había otro que a mí me gustaba mucho que era Roy Craine, que dibujaba un personaje que acá se traducía como Pepe Dinamita, era de un estilo de una mezcla entre humorístico y serio, un humorista del carajo. Pero después Pratt fue el que más nos influyó a todos. Yo quería dibujar eso, al humor no le daba pelota, simplemente leía el Patoruzú, el Patorucito, que salía en distintas historietas humorísticas, pero las leía y no me motivaban a copiarlas. Humor empecé a hacer en publicidad y después, en el año 1972, cuando empecé a ir a Córdoba por la cuestión de la revista Hortensia, se hacían salones de humor e historieta y ahí los conocí a Quino y Caloi, a todos ellos, y empecé a meterme en este asunto. Pero yo vengo del dibujo de historietas de aventuras, era lo que leía. Después dejé de leer historietas realmente, especialmente historietas serias, leía el Corto Maltés siguiéndolo a Pratt, ahora los pibes no leen, leen muy poco de todo y aparte, en esa época, la historieta era un género popular, vos subías a un colectivo y había alguno leyendo El Tony, Dartagnan, etc.

El tipo de historieta cómica que hacés vos quedó en el medio, pasó la furia del mercado de adultos y...

No, creo que también ha cambiado el mercado en general. Fijate que tampoco el mercado acepta una revista de humor, no hay revistas de humor después de años de tradición: de Patoruzú, Hortencia, Tía Vicenta, etc, lo que pasa es que todos los diarios y revistas tienen su sección de humor, los humoristas se han canalizado por ahí, porque siempre el humor tiene como un plus, un gancho sobre la historieta común. Aún el tipo que no lea, o lea poco por ahí lee algo si es humorístico, en cambio, la otra historieta exige un mayor conocimiento o devoción, pero yo creo que la cosa cambia bastante a partir de Clarín, es obvio que siempre hubo una rica tradición satírica y social en la Argentina, Caras y caretas y todo eso, pero cuando Clarín decide cambiar la página de humor en el año 63, saca todas la tiras extranjeras y las reemplaza por dibujantes argentinos. Eso tiene éxito, no porque los dibujantes argentinos sean mejores (todos aprendimos copiando y dibujando de cualquier lado), pero es muy sencillo: los dibujantes argentinos hacen humor sobre cosas que suceden acá, entonces Charlie Brown, que es una historieta maravillosa, a uno le puede gustar o no, pero los chicos sacan la nieve de delante de sus casas, festejan Haloween, juegan al beisbol, y vos decís... ¡qué carajo tienen que ver con nosotros! En cambio, Mafalda iba a Mar del Plata a veranear, el padre tenía un Citroen, es mucho más cercano. Entonces a veces pienso sobre lo que dicen, que un dibujante puede trabajar en cualquier lugar del mundo porque la imagen es un idioma universal, pero el humor no. En el humor, por los lugares donde yo he andado, lo que más funciona es el aquí y ahora, lo que está pasando en este momento y en este lugar; hay criterios universales, pero para trabajar sobre la noticia, si no conocés el medio y no sabés que pasa alrededor tuyo, y no tenés conocimiento de la cosa política y social más o menos, ¿qué hacés? Hacés algo turístico solamente.

¿Te ha tocado gente que te pregunte sobre Inodoro Pereyra, sobre algunas situaciones que vos viviste a través del personaje?

Eso suele pasar pero no, yo siempre aclaro que nunca viví en el campo ni tengo ningún conocimiento directo de eso. Lo que pasa es que este es un país rural, de una cultura rural, aunque uno no lo perciba en primera instancia, pero es fuerte. Uno tiene encima la primaria y secundaria, la lectura del Martín Fierro, Don Segundo Sombra. Yo agarré precisamente en los 60 el boom del folklore, ojo que yo no tengo en casa un poncho y esas cosas, pero escuché mucho a Atahualpa, Zitarrosa, Alberto Merlo, porque me gusta. Y aparte, quieras o no, Rosario mismo está sitiada e influenciada por la situación del campo alrededor, hay una conexión bastante directa. Siempre digo que si durante tantos años en las escuelas la composición tipo fue la vaca, eso por algo es, muestra un perfil del país, hay mucha documentación sobre eso. Pero lo notorio es que hay libros para todo, absolutamente para todo, si a vos se te ocurre hacer una historieta sobre el palo borracho y te preguntás de dónde se consigue información, vas a una librería, seguro hay una góndola con 600 libros del palo borracho, porque algún pelotudo se pasó su vida estudiando cómo carajo crece el palo borracho y porqué las espinas... Yo no es que he leído cosas gauchescas para poder transmitir algo veraz, me importa tres carajos que sea veraz o no, yo siempre tengo la disculpa del humor, de la joda. Porque había historietas muy rigurosas sobre la vida gauchesca, pero yo me fijaba cómo era para ver si se me ocurría alguna joda, pero nada más.

¿Hubo gente que se enojó por alguna joda?

No, por ahí al principio, cuando yo no tenía claro cómo iba ser mi historieta, hubo gente que pensó que Inodoro Pereyra era una joda hacia el gaucho, por ahí al principio tenían razón, no me acuerdo muy bien. Son temas por ahí medio sensibles porque están los tradicionalistas, los centros sanmartinianos, esos que a cada uno que escribe sobre San Martín van y le arman quilombo. Pero la cuestión es que, en general, no hubo demasiadas quejas al respecto.

¿Tus amigos se reconocen en los textos?

Algunos están puestos con el nombre común si lo que ocurre no es demasiado vergonzante, si no me cuido, le pongo otro nombre o lo que sea. Una vez escribí un cuento sobre algo que realmente le había pasado a uno, se lo mostré y le pregunté si le parecía bien que lo publicara, pero me dijo “está bien”, y entonces lo mandé. Le pregunté porque nunca sabés en ese aspecto si le puede llegar a caer mal o no.

¿Dónde estabas cuando se jugó el partido de Central con la palomita de Aldo Poy?

En mi casa y lo vi por televisión, fue uno de los pocos partidos que se trasmitieron en directo en blanco y negro, me acuerdo, y me quedé en Alberdi.

¿No te arrepentís por no haber ido?

No, porque tenía tanta tensión encima que no hubiera aguantado la espera del partido, como hago con muchos partidos que se dan por TV, laburo hasta dos minutos antes que empiece, no aguanto ni cuando entran a la cancha y esperar que empiece. Estaba en Alberdi, solo, porque mis amigos se fueron casi todos a la cancha, no me acuerdo.

¿El cuento lo escribiste apenas terminó el partido?

No, mucho después de aquel partido. Lo que a mí me atraía era eso de que todos tenían una anécdota acerca de dónde estabas vos el día de ese partido. Como es ahora lo de las torres gemelas o el asesinato de Kennedy o el terremoto del Caucete. Hay una película italiana, Un día muy particular creo, que era de la visita de Hitler a Roma, pero eso está en un segundo plano, hay una anécdota personal de Mastroianni y Sofía Loren y mientras tanto en la ciudad pasaba eso, entonces yo buscaba una anécdota que tuviera como marco de referencia a eso (el partido Central-Newells), pero fue muchos años después.

¿Con la OCAL (Organización Canalla Anti Lepra) tenés alguna relación?

No, tengo un amigo que es de la OCAL pero no estoy adentro ni nada parecido. Recuerdo que una vez le estaba contado cosas del local al gordo (Osvaldo) Soriano y no lo podía creer, porque realmente es para no creer, entonces conté algunas de esas cosas en los cuentos y después ya todo el mundo suponía que no sólo era de la OCAL, sino que era el director o algo así. Es más, ellos fueron a Cuba y yo no participé de esas cosas ni tampoco cuando celebran la palomita de Poy todos los años.

¿Tu infancia la pasaste siempre en Rosario?

Sí, nací y crecí en el centro de Rosario. Mi casa estaba a cuatro cinco cuadras de calle Córdoba, que es la peatonal, la calle principal. Pero, si se quiere, a cuatro o cinco cuadras ya no era tan en el centro. Crecí ahí y después cuando era grande me mudé a Alberdi, que es donde vivo ahora; un barrio realmente muy lindo que está sobre el río, un barrio mas residencial. Pero bueno la infancia fue bastante normal, fui a una escuela provincial...

¿Qué tal como alumno, te llevabas bien con el estudio?

Sí, pero no necesitabas mucho para ser un buen alumno en la primaria, tenías que ser un monstruo para ser malo. La secundaria fue muy fallida porque yo no la terminé, fui a una escuela que en esa época era industrial, era muy exigente en determinadas cosas. Los chicos se dividen entre los que les gusta física, química y matemática, y los que les prefieren historia, lenguaje y geografía; y yo estaba entre estos. Pero la importancia de la escuela estaba puesta en lo otro, en dibujo técnico y esas cosas, entonces duré muy poco, repetí el tercer año y cuando lo estaba recursando, me di cuenta de que lo iba a repetir de nuevo y entonces dejé. Pero te digo que era una época que aparentemente no sonaba tan dramático dejar la escuela secundaria, mi viejo decía: "y bueno.., si no estudia que vaya a trabajar", mi viejo creo que tampoco había terminado la secundaria, así que no era una cosa de mandato familiar. Y durante un tiempo hice algunas cosas que no tenían que ver absolutamente con nada y después, a través de mi viejo, entré a una agencia de publicidad; algo que yo no tenía previsto y ni se me ocurría. Pero laburando me iba bien, aprendí mucho, la parte creativa de la publicidad realmente me parecía interesante y suponía que iba a seguir haciendo eso. Pero en el año 68 o 69 salió una revista que se llamó Boom, era una revista de información general de publicación mensual. Esa revista marcó un momento en Rosario, porque después no se volvió a repetir algo así: se juntaron una cantidad de gente medio de casualidad y eso funcionó durante dos años. Ahí un poco descubrí lo que era trabajar para una revista y lo que era trabajar para publicidad; aunque la limitación que te genera el producto y el cliente te marca un techo muy bajo, y sobre todo teniendo en cuenta en Rosario, que no era que te ibas a meter en la campaña del nuevo modelo de Ford.

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada N°04)


*Extraido Sudestada:http://www.revistasudestada.com.ar/web06/article.php3?id_article=247