Monday, September 29, 2008

Ciborg femina

Un viejo dibujo(del 2006) lo encontre por casualidad.
Pensé que por alguna rara razon no lo habia subido ni dado la importancia en ese momento,vaya a saber porque,pero quise colorearlo y compartirlo,sino para que más son hechos nuestros dibujos?no para tenerlos archivados,son para mostrar que mierda.
Espero les guste.

Fer!

Sunday, September 28, 2008

Feliz cumple Barricada!!

Amigos colisteros y lectores de Barricada,como he estado con la cabeza en otras cosas se me paso algo importantisimo,ha pasado el primer año de creado este grupo.
Tomo como fecha de inicio de actividad el primer posteo del blog que fue el dia 27/09/07.
Hemos tenidos cosas buenas y malas,pequeños logros en este corto tiempo que no fueron ni son opacados por las diferencias que siempre surjen en todo grupo humano.
Para uds gente,que creyeron y fueron fieles y leales a una idea,lugar,y a un proyecto que nos pertenece a todos, van mis saludos.
Creamos algo de la nada, por esa necesidad de hacer cosas es que nació Barricada.
Feliz 1° año mis Barriqueros amigos!! para que de este fanzine surjan muchas historias más.

Fernando

Algunos dibujos del diario




Thursday, September 25, 2008

Orgasmatron


Un viejo pin-up remodelado un poco.

Fer!

Saturday, September 20, 2008

La bolita maravillosa

Cuando era niño era locura que tenía por este auto de tanto leer las aventuras de Fitito y su bolita maravillosa,creo que era del dibujante Jorge Toro.
Fitito era el Meteoro pero de acá,asi que me voló la peluca cuando lo lei y ,me sumergía en sus aventuras.
Este de algun modo es esa bolita pero le faltan las calcos que tenia el coche de la serie.
Espero les guste.

Fer!

Concept car e ilustración en vectores





El auto esta hecho en vectores en el PS C3 y la ilustración de los DDHH en Flash CS3.

Thursday, September 18, 2008

Monday, September 15, 2008

Mirco Repetto





Era 1996. Mirco Repetto, dibujante y argumentista, creador de La Vaca Aurora y responsable de los argumentos de las historietas de Anteojito e Hijitus, de García Ferré, tenía 81 años que parecían 60. Vivía en un departamento de la calle Mansilla, y había vuelto a casarse con su primera mujer, después de enviudar dos veces. Con Lita, su primera y última mujer, habían hecho un viaje en moto hasta San Luis, con las dos hijas muy pequeñas embutidas en un sidecar, y ahora dormían en casas separadas. "Yo inventé el estilo Mia Farrow-WoodyAllen", decía. La charla de aquel día de abril de 1996 -hacía calor, él era un hombre pequeño y seco, formaba parte de un proyecto sobre el humor gráfico argentino que la Revista terminó por no publicar.

Elena, una de sus hijas, dice hoy que a él le hubiera gustado estar en estas páginas. El 4 de febrero último, Mirco murió de un ataque al corazón que lo salvó piadosamente de un desgaste que no hubiera querido. Aquella tarde de abril, hace tres años, Mirco decía, con tonito zumbón y como si nada fuera a pasarle: .. -Nací en la Liguria;Italia. Con mis amigos cazábamos lagartijas y se las regalábamos a un boticario que nos daba caramelos de orozú. Algún experimento haría, y cuando creé al Chif, de La Vaca Aurora, me inspiré en él. Yo también soy el Chif: soy naturista y me cocino, mi estómago es como el estómago de la vaca, mi laboratorio. Me indigesto, me empacho, pero soy partidario de Hipócrates, que decía: Que tu alimento sea tu remedio. Si estoy cansado mentalmente, como polenta de mijo que tiene mucho fósforo, lecitina y magnesia.
La Vaca Aurora se publicó por primera vez en la revista Cara Sucia, de Billy Querosene, el 24 de julio de 1940. "Érase que se era una vaca llamada Aurora, un tanto coqueta y caprichosa, muy amante de la música y los bombones. Su existencia transcurría apaciblemente en una chacra, hasta el infausto día en que fue vendida a un tal Nicodemo, boticario del pueblo de Chismes, sujeto catalogado como nigromante, adivino, brujo y apasionado por todo lo que se relacione con la magia negra", recitaba Mirco, sin que la memoria le pidiera respiro. -Aurora nunca habló ni pensó. Mugía, eso sí, la saqué después en Mundo Infantil, hasta 1956: salió en la revista Episodio, y después me la pidió García Ferré, para republicarla en Anteojito. Hice algunos argumentos nuevos en los años 70; de esa época son los últimos. Le agregué un personaje, un viejo criollo que tenía allá en mi rancho, en Paso del Rey, un tipo ladino, que era el jefe de Ios ladrones.
Floripondio, el ayudante del Chif, estába inspirado en uno de mis compañeros de la primaria. Gordito, coqueto, pedante, veía películas yanquies y quería hablar en inglés, saludaba: Hello, boys. Nos tenía hartos iDecía cada chambonada! El boticario era excéntrico. Decía que si las vacas comen pasto y dan leche, si comían manzanas podían dar sidra. Ahora existe la leche fortificada y mi boticario ya la había creado: le daba de comer cemento a la vaca para que diera leche fortificada. La vaca, cuando se cansaba de los experimentos, se escapaba. Aurora psicodelia, entonces, allí estaba Repetto, inventando sueños cándidamente lisérgicos para una vaca que enloquecía ante la sola mención de la palabra rock. -Era lindo dibujar a la vaca bailando; Una vez la llevé a Marte. Hizo una guerra entre Piperilandia y el país vecino con sifones atómicos.
En la década del 40 cayó en la tira un tipo con un aparato donde quería meter a la vaca y sacar corned beef, pero salió enlatado. En una de las latitas estaba la lengua del tipo. La latita hablaba. Después lo reconstruyeron, y le injertaron la lengua al revés. Entonces el tipo hablaba al revés, y la escritura era al revés.
Mirco fue también director de la revista Patoruzito, de Dante Quinterno, donde hizo además argumentos para Patoruzú y el Patoruzú de Oro, esa joya de lomo cuadrado que llegaba puntualmente cada fin de año y se esperaba entre el olor del chimichurri, las cañitas voladoras y la sidra de rigor. -A Patora, la hermana del indio, la dibujó Quinterno, pero yo le di carácter. La hice marimacho, le encantaban los hombres, por poco los violaba, pero tampoco podía bandearme.
Una vez Quinterno me dijo: "Basta de dictadores latinoamericanos en Patoruzito". Yo lo hacía a Patoruzito derrotando a dictadores latinoamericanos, como Batista. Hice el Chei Patoruzito en 1960, cuando la figura del Che Guevara era más romántica. Pero un día, las paredes empezaron a dar vueltas. Surmenage, le dijeron. Renunció a su cargo de director y se fue a vivir a una quinta en Paso del Rey.

Se quedó en el campo 37 años. Los pasó dibujando...escribiendo, leyendo. Lijando muebles, cortando maderas, construyendo casas. Si no se le ocurría un argumento, ahí estaba Mirco buscando la musa, planfando un nogal nuevo, talando un árbol. Construyendo una escultura de su vaca querida.

Un día, vinieron unos japoneses de una secta a ver la quinta y dijeron: Ohhh, álboles... álbol saglado. Vieron mi taller y dijeron: Ohhh, acá, iglesia. y yo pensé: "Qué destino, tiene que ser así... mi estudio convertido en una iglesia de una secta japonesa, qué lindo".

Una Aurora de cemento coloreado que sigue dando la bienvenida a visitantes desde el sÍtio donde la dejó él, hace tres décadas. Me fui a vivir a mi rancho. Al principio me iba bien porque le salvé la vida al jefe de los ladrones. Tenía ataques de presión y en mi auto lo llevé hasta el hospital de Morón. El hombre, muy agradecido era tartamudo y decía: Do- don n Mimimirca es mi papapadre.

El no dejaba que me robaran. Pero un día se murió y me desvalijaron. Así que lo puse en venta. Pero no quería que el comprador me cortara los árboles que yo había plantado desde chiquitos. El problema era que no tenían plata. Prácticamente se las regalé. Sabia que iba a sufrir viniendo a Buenos Aires. Entonces me programé. Caminaba entre el portón y la casa y pensaba: "Voy a Buenos Aires, nada menos que a las entrañas del monstruo, tengo que adáptarme, no tengo que sentir sufrimiento".
Mirco seguía trabajando para Quinterno como colaborador, pero la dupla Repetto-Quinterno" era demasiado carácter junto para un país tan chico como la Argentina. -Los hijos de Quinterno pusieron a sus compañeros del Champagnat en puestos clave de la empresa. Una doctora en no sé qué empezó a aprobar o desaprobar las síntesis de mis argumentos. Yo eso no lo acepté y me fui. Un día me llega un telegrama a mi rancho, en el que Quinterno me pide que vaya a verlo. Voy y me dice: "Pero querido Repetto, usted nos abandonó, no nos trabaja más.".. y o le expliqué que si los argumentos los leía él o Mariano Juliá y los criticaban yo lo aceptaba, pero que si venía una doctora en Ciencias Económicas y los leía, no.
Le dije a Quinterno: "Estos son paracaidistas elegantes. Leen Patoruzú porque les da de comer, pero vienen de un status donde no se lee Patoruzú, donde nunca leyeron Patoruzú. Ponga a esta gente en una empresa cero kilómetro y a ver si la levantan como usted levantó esta empresa". y Quinterno me dice: "Repetto, por fayor, trabaje conmigo, yo estoy agotado". y le digo: "Bueno, pero es culpa suya. Usted tiene que hacer un ensayo general de muerte. Esta noche, hace de cuenta que se murió y se va a su estancia, que hace seis meses que no pisa, y deja a los hombres excelentes que le manejaron la empresa hasta ahora".
Bueno, al fin publicaron Patoruzito escolar para competir con Billiken y Anteojito, y les fue mal. Entonces, me fui con García Ferré. Mirco se fue a trabajar con García Ferré, la competencia absoluta de Quinterno, para quien remozó personajes como Neurus, Larguirucho, Cachavacha, e ideó los argumentos de Hijitus y Anteojito. García Ferré le pidió que en vez de colaborar, empezara a trabajar en la editorial en forma frecuente. Para que le tomen el peso a la oferta laboral: Mirco tenía ya 73 años. y aceptó. -Ahora hago argumentos de Anteojito y de Hijitus. Prefiero eso a dibujar. El tablero es esclavo y el argumento me deja tiémpo para otras cosas, me queda tiempo para leer a Marguerite Yourcenar, a la Duras. O sobre la cuestión espacial. Ultimamente, había vuelto casi a trabajar para Quinterno, haciendo la síntesis argumental de una película animada sobre la vida de Patoruzú, una supuesta coproducción con la Disney que quedó en la nada.

Cuando murió, su hija Elena le llevó a García Ferré el sobre en el que Mirco, ya mudo y en silla de ruedas, había dejado los últimos argumentos para Hijitus. La quinta de Paso del Rey ya no es de la comunidad japonesa; ahora pertenece a una familia que le cuida los árboles como los hubiera cuidado Mirco. La Vaca Aurora se publica cada verano en Anteojito y la escultura que la recuerda, a la entrada:de la quinta, siempre está en pie. Se reía; Mirco, aquella tarde de abril. Habló de novios.

"En el campo de mi sobrino yo asistía con mucho entusiasmo a los preparativos para inseminación artificial; pero no dejaba de reprocharle al veterinario: "¿No le paréce una injusticia sacarle a la vaca el placer de encontrarse con el toro?" A pesar de eso, no, Aurora nunca tuvo novio. Me parecía impropio. No. Nada es más impropio que la muerte.

*Extraido de Patoruzú web y algunas imagenes del blog www.imageandart.com.

Tulio Lovato





Dos grandes dibujantes fundamentales que dieron vida a Patoruzu despues de que Dante Quinterno dejara en mano de sus colaboradores en la epoca de oro,a ellosles encargóT su creación:Tulio Lovato y Mirco Repetto.
Algunas notas recogidas de la web para conocer un poco más de estos dibujantes tan poco publicitados en su momento e ignotos por momentos,pero con la grandeza de los grandes que tambien tuvieron sus propias creaciones.
Empiezo por Tulio Lovato.

Nació en buenos aires en 1915.
Brillante y adelantado estudiante de ingeniería, pudo en el más la pasión del dibujo y la pintura.
Fue animador del intento mas serio que sobre dibujos animados se hizo en argentina: la película “Upa en Apuros” de Dante Quinterno.
Como dibujante, es director del departamento grafico de la editorial Dante Quinterno, y autor de la historieta “Rinkel el ballenero”, que aparece en la revista “Patoruzito”, tareas que alterna con importantes ilustraciones publicitarias y editoriales.
Son muy amplios sus conocimientos de dibujo y arquitectura, y en cuento a la pintura, vive abocado a la solución de los problemas que esta presenta en su renglón “marinas”.
Su producción artística es de un gran merito, pese a que el mismo la considera una simple inquietud personal.
“siendo como es el dibujo el ilimitado arte de expresar en líneas un sentimiento, opino que jamás debe citarse un texto como extensión explicativa.
“flacidez, estatismo y dinámica aplicados en un justo valor, constituyan el verdadero lenguaje del dibujante.
“poco podrá importar el alarde de caracteres faciales si no construyen un todo con lo que podríamos llamar la constante personal del sujeto.

“hay maestros como Alex Raymond y nuestro estimado Salinas, que viven en constante esfuerzo para superar esta etapa esencial en el dibujo expresivo, y nos asombran con acertadas soluciones.

“creo que jamás podremos estilizar lo que desconocemos; de esta falsa partida nacen tantos fracasos en el mundo del dibujante.” TULIO LOVATO

EL ADIOS A TULIO LOVATO (1915-1977)
Hoy lloran los dibujantes y hay tristeza en esta casa porque Tulio Lovato se nos ha ido para siempre. Hace más de cuarenta años, “Patoruzú” era un proyecto al llegar un joven estudiante de ingeniería. Era un estudiante fuera de lo común; porque sabía más que los ingenieros y porque traía unos dibujos, incipientes, pero con un trasfondo de excepcionales condiciones que no tardarían en aflorar. Los dibujos de Lovato tenían cuerpo y tenían espíritu.
El sueño del titulo de ingeniero (los libros no) pronto fue superado por la realidad de un profesional de cualidad magistral; magistral tanto por su obra como por su natural disposición al ejercicio del magisterio, no en el aula sino en la mesa de trabajo donde forjo, cincelo, modelo y pulió a tantos que habían nacido con el don del dibujo, pero no sabían utilizarlo, y a los que jamás retaceo el amparo de su tutela.

El dibujo fue la gran pasión de Tulio Lovato, compartida por su amor por el rió. Por el mar, por los colores. Solía levar anclas de su velero y salía con sus pinceles a captar celajes marinos en acuarelas que los amigos le arrebatábamos tras intensa lucha con su modestia. “Que vas a ponerle marco a eso? ¡En tu casa te matan!” nos decía antes de que derrotáramos su humildad y saliéramos de su estudio con la cartulina.

Porque tenía la modestia de los grandes nunca accedió al asedio de quienes le pedíamos que realizara una exposición de sus marinas.

Porque tenía la modestia de los grandes, su nombre no estaba en nuestras publicaciones. Estuvo, en cambio y hasta último momento, su mano y su genio interpretativo, dando vida a los personajes al frente de su equipo, ese equipo que gozo de sus enseñanzas tanto como de sus famosas “salidas” producto de un fino, agudo sentido del humor que Tulio ocultaba tras una adustez más aparente que real.

Tulio: tu silla esta vacía. Quisiéramos decirte tantas cosas, pero solo nos sale esto de adentro:

-¡hasta luego, hermano, amigo, compañero, compinche… hasta luego!
Reportaje aparecido en la revista DIBUJANTES, n° 28, de Octubre de 1957.
10 PREGUNTAS A TULIO LOVATO

Tulio Lovato, artista cabal, nos dice: "un aficionado pueda, si quiere, copiar otros dibujos, pero debe ser honesto consigo mismo. La soltura y la agilidad de trazo, no se copia. Se siente. Un trabajo es artístico, porque es ágil, y es ágil por nacer del sentimiento del autor..."


—¿Cuándo, dónde y cómo aprendió a dibujar?
—Desde muy chico sentí una gran atracción por el dibujo y la pintura, y como aún hoy, luego de tantos años, sigo apren­diendo, me es imposible contes­tar con justeza a la pregunta.

—¿Cómo llegó a publicar por primera vez, y dónde lo hizo?
—Mi primera publicación está muy ligada a mi primer empleo. Ingresé en Dante Quinterno pa­ra hacer la animación de aque­lla película de dibujos animados que fue "Upa en apuros". Quin­terno me dijo un día que yo podría hacer "dibujo serio" ,ni me lo proponía. Y aquí estoy ...

—¿Qué hace en la actualidad, y de ello cuál es la tarea de su preferencia?
—Distribuyo mi tiempo entre mis obligaciones en Dante Quin­terno, la preparación de histo­rietas, y trabajos para la publi­cidad. Puedo decir que no tengo otra preferencia que no sean les temas marinos.

—¿Y de dónde le nace esa predilección por los temas ma­rinos?
—Creo que es simple de ex­plicar. Mi padre era cartógrafo, y mi infancia se desarrolló entre mapas, cartas marinas, glo­bos terráqueos, etc. Me gustaron los barcos, por ser barcos y por estar moviéndose, permanente­mente, sobre el agua ...



-¿Cuál es su consejo para el aficionado que ansia llegar a ser un buen- profesional'.'
—No apurarse. Tratar de man­tenerse el mayor tiempo posible en el "amateurismo". Así se aprende a amar verdaderamente el arte. Los primeros pesos co­brados por el primer trabajo significan siempre el comienzo de la propia condenación.

—¿Cómo llegó a concebir esa joya de la historieta que fue "Rinkel, el Ballenero" y por qué no se publica más?
—Ante todo. Rinkel no es una joya. Es simplemente, una his­torieta donde el dibujo y el argumento, han sido "sentidos" por mí profundamendamente. Ya expliqué mi afición a los viajes y el mar. De allí nace esa especie de "movimiento per­petuo" que es Rinkel. No se publica por el momento por ra­zones de diagramación de la revista, y a fin de dar cabida a una gran cantidad de valioso material que esperaba turno.
Sin embargo, nunca he dejado de trabajar en ella y muy pron­to espero que comenzará a publicarse nuevamente.

—¿Ha realizado trabajos pu­blicitarios? ¿Cuáles?
—Como dije antes, trabajo en ilustraciones, láminas para al­manaques, etc., como por ejem­plo el de Shell, con ilustraciones de barcos argentinos antiguos, documentados en el Museo Na­val Argentino.

—¿Qué hace cuando trabaja para sí, es decir, cuando no tra­baja para "publicar"?
—Bueno, creo que la respues­ta viene sola. Hago marinas.

—¿Qué clase de materiales utiliza? ¿Cuál es la técnica de su preferencia?
—La herramienta es la pro­longación de la mano del hom­bre. Es decir, es parte de él mismo. El hombre es el único animal del Universo que apren­dió a fabricarse herramientas y a utilizarlas. Por eso, cuando un artista ha encontrado, definiti­vamente su herramienta, se ha encontrado a sí mismo. Mis ma­teriales, entonces, son todos los posibles y los que voy descu­briendo a medida que estudio y trabajo.

*Extraido de Patoruzú web y Lápiz y Pincel.

Muchos,pero muchos dibujitos.




Ahh!placer enorme cada tanto que me doy de hacerme una panzada de dibujos que se publicaron y se publicaran en el suplemento del domingo.

Espero les guste.
Bon appetite mon amies!

El Mono relojero por Quirino Cristiani

Le dije que el primer largometraje de animación fue hecho aquí?ya sé que es vox populi,y no por la canción de Bersuit, la argentinidad al palo.Si,si..no descubrí la polvora,pero si alguien se encargo de desempolvar el único vestigio de la obra del tano-argento Don Quirino.
He aqui una adaptación que hizo del famoso Mono de Constancio Vigil y que sobrevivió al incendio de su laboratorio.
Enjoy!

Fer!


*Quirino Cristiani ( 2 de julio de 1896 - 2 de agosto de 1984 ) fue un caricaturista y director de animación argentino responsable del primer largo de animación (1917, El Apóstol) y del primer largo de animación sonoro (1931, Peludópolis) del mundo. Nació el 2 de julio de 1896 en Santa Giuletta ( Lombardía , Italia ) y se mudó con su familia a Buenos Aires , Argentina , en 1900 . En 1962 un incendio en sus laboratorios destruyó todas sus películas, con la única excepción de "El Mono Relojero", la única película de Cristiani que se conserva en la actualidad.

Una curiosidad de este servidor:

Me parece o yo encuentro similitudes del mono relojero de Constancio Vigil con la mundialmente famosa pero muy posterior Curious George(?)
Hece poco se hizo una pelicula,que bueno hubiera sido que acá se aggiorne el personaje de Vigil y se hubiera adaptado a los nuevos tiempos.Guita no les falta a la flia de Don Constancio...cosas que pasan.

El Mono relojero y Daniel Branca











Daniel Branca (1951-2005)
In Memoriam

Informe preparado por César Da Col

Daniel Branca es, sin lugar a dudas, uno de los máximos exponentes del arte historietístico de humor, tanto de Argentina como a nivel mundial. Su sorpresivo y reciente fallecimiento a los 53 años de edad, ocurrido el viernes 28 de enero de 2005, enluteció a todo el gremio de la gráfica local y a sus fieles lectores europeos. Porque Branca, muy poco conocido en su tierra de origen, era considerado uno de los mejores hacedores de historietas de "patos" de la Disney, dándole vida a lecturas del Donald Duck (Pato Donald/Paperino), Uncle Scrooge (Tío Rico/Tío Gilito/Zio Paperone), y otros. A tal punto que un periodista alemán llegó a bautizarlo como el "Carl Barks de las Pampas" (*).

Branca nació en la ciudad de Buenos Aires en diciembre de 1951 y desde niño demostró aptitudes para el dibujo. Comenzó a trabajar en una agencia de publicidad, realizando cortos de animación para productos comerciales y, más adelante, pasó a formar parte del staff del equipo de animación de Carlos Costantini en los cortos animados de Doña Tele (que eran proyectados en el programa de TV Zapato Roto).

En 1971, cuando Costantini lanzó el suplemento El Clan de Mac Perro en la revista Billiken, Branca formó una dupla artística con el dibujante Oscar Fernández. A partir de la historieta Doña Tele (con guión de Silvia Bolster en los primeros 5 capítulos), la dupla "Fernández-Branca" realizó una serie de trabajos de una calidad sublime, conviertiéndose en una de las parejas profesionales más prolíficas de la historieta argentina.

Después de los cortos de Doña Tele, la dupla continuó con un western cómico para niños, también aparecido en episodios en El Clan de Mac Perro. Se llamaba Barbeta y Grunchi, que eran los nombres de los "villanos" de Doña Tele. Paralelamente a este trabajo, realizaron dos historias largas del personaje "Mac Perro", cedido por Costantini.

Jorge Morhain —guionista de historietas que trabajó en Billiken durante muchos años— fue el escritor de estas historias, y opina sobre esta etapa: "La experiencia con Fernández y Branca —‘Los Dibujantes Vermut’, según Eugenio Zoppi— fue muy linda, porque ellos eran muy jóvenes, un dúo muy unido, y eran grandes artistas. Me encantaban los modelados que hacían. Habían producido algunas de las moscas de la publicidad de Raid. Me iba a la casa de Branca, en la avenida Forest, con una gran bolsa de papel donde llevaba mis trabajos —porque siempre hacía una recorrida de editoriales—, y ahí delirábamos un poco armando los episodios. Fue, sino la única, una de las muy pocas veces que trabajé con los dibujantes para hacer mis historias. Fueron el de "Mac Perro y Robin Hood —que se republicó en los '90 con el personaje principal cambiado—, y "La calle de la Paz". A Barbeta y Grunchi lo agarré enseguida y escribí cuatro episodios muy largos, uno con Frankestein, otro en el Far West, otro entre los egipcios y otro de fantasmas, estos dos últimos no salieron publicados".

Billiken fue, es y será una de las mejores revistas argentinas para niños, pero siempre sufrió un problema de acefalía gráfica al no contar con un personaje central que la representara (a diferencia de su competidora Anteojito). Tras cerrar el suplemento de Mac Perro (el personaje de Costantini era referente obligado de Billiken), fue inmediata la necesidad de conseguir un reemplazante. Y así la editorial buscó en los archivos de su fundador —Constancio C. Vigil— y reflotó a uno de los personajes de sus cuentos, El mono relojero.

La historieta El Mono Relojero hizo su debut en Billiken el 3 de Abril de 1972, y sus aventuras seriadas continuaron hasta 1976. Como no podía ser de otra manera, el dibujo recayó en Daniel Branca y Oscar Fernández, y los guiones salieron de la mente brillante de un joven actor y autor teatral: Enrique Pinti.

El Mono Relojero de Pinti-Fernandez-Branca vivió fascinantes aventuras por todo el planeta, viajando a otros mundos y a otras épocas. Con su reloj mágico de pulsera, peleó contra gángsters, sultanes malévolos, gitanos ladrones de niños, y otros malechores. Con un "Reloj Mágico de pie" (obsequio de "Misia Pepa", otro personaje de Vigil), el "Mono" viajó por el tiempo y el espacio, desarrollando sus aventuras en la Edad Media, con los Piratas, etc.

El grafismo de la historieta mutó a lo largo de la serie; es observable en ella influencias de la escuela francobelga, como Spirou, y también del dibujo animado, especialmente de los antiguos dibujos de los Fleischer y de las "Sinfonías Tontas" de Disney (estilo que luego Fernández haría en solitario con la "Hormiguita Viajera").

Paralelamente, el dúo Fernández-Branca —con guiones de Oskar Blotta—, dio vida en 1972 al personaje "El Sátiro Virgen" en la revista de humor para adultos Satiricón.

En 1976 —la serie "El Mono Relojero" ya había concluido en Billiken— Daniel Branca partió rumbo a Barcelona, en donde comenzó a colaborar para la Editorial Bruguera. Se rescata de este período la serie Caramelot (firmada con Fernández), una dulce parodia a Camelot y a la leyenda artúrica, publicada en la revista para niños Zipi Zape, de Bruguera.

En 1977, comienza la larga relación de Daniel Branca con la editorial Egmont, con sede en Dinamarca, para la que realizó las historias de "patos" de la Disney. Entre 1982 y 1984, suspendió su trabajo con la editorial para dedicarse de lleno al estudio de las Bellas Artes. Realizó pinturas en París, donde también desarrolló una serie de exposiciones de sus trabajos, influenciados por el cubismo y el constructivismo. Luego se instaló nuevamente en España, en Mallorca, y allí su trabajo de dibujante de "patos".

En 1985 regresó a Buenos Aires y montó su estudio en la zona de Parque Centenario, en el barrio de Caballito. Algunos de sus "discípulos" son hoy considerados como sus sucesores; es el caso de los dibujantes José Massaroli y Wanda Gattino, que continúan trabajando para la casa editorial europea.

Las historias de "patos" de Daniel Branca son admiradas en casi toda Europa (los hacedores de las historietas Disney firman sus trabajos), especialmente en Dinamarca, Alemania, Italia y Francia. Y en nuestro país —cuna de este genio del lápiz y en donde, paradójicamente, la Historieta para niños cada vez tiene menos espacios—, El Mono Relojero de Pinti-Fernández-Branca será por siempre un ícono cultural para toda una generación de argentinos nacidos entre los años ’60 y ‘70.

*Extraido de los siguientes sitios:www.petalo-arte.blogspot.com (imagenes)
La biografia de Imaginaria

Sunday, September 14, 2008

Super Hijitus



Soy un fan de la historieta argentina y de los personajes mas entrañables de nuestra infancia entre ellos de Hijitus,el personaje creado por Manuel Garcia Ferrer,esta es una versión más caricaturesca inspiradisimo en el trabajo que hicieron los grosos de Jorge Lucas y el equipo de Cazador.
Ademas Hijitus estuvo cumpliendo 53 pirulos durante este mes,asi que otro homenaje.
Enjoy!

Fer!

Saturday, September 13, 2008

Patoruzú 80 aniversario


Con motivo de los 80 años que cumple el personaje de Dante Quinterno he aquí mi homenaje.
Tambien estoy recibiendo versiones de muchos autores para subirlos al blog de Barricada con motivo de esta celebración.
Enjoy!

Friday, September 12, 2008

Una de zombies!!!!

Ay mammmmá!y a mi con el sogaca que me dan estas de zombies.
De la incansable mente de Pablo Pares una nueva secuela de su film Plaga Zombie,una pelicula recontra clase B hecho a pulmon por Diego y equipo pero con todo el hambre de un muerto vivo con ganas de hincar el diente en un cerebro fresquito.
Para el que quiera apuntarse de zombie lea las intrucciones en el frasco:
ZOMBIES
Fernando

Otro grande que cumplió años..Hijitus felices 53






El pasado 5 de septiembre un poco opacado por otra fecha importante como fue el dia la historieta argentina,cumplió 53 años otro personaje que marcó a fuego la infancia de muchos argentinos y parte de latinoamerica:Hijitus.
Hijitus es uno de los personajes junto a Mafalda,Patoruzú,Clemente que gozó de mucha popularidad dentro del ambito local de las historieta,pero que logro una mayor difusión y conocimiento atravez del dibujo animado.
Garcia Ferré quien fuera llamado el Walt Disney de estas pampas,tiene su lugar en el olimpo del comic nacional,el padre de la animación local por antonomasia.
Un poco de historia de Don Manuel y sus personajes.

Fernando

Breve biografía de Manuel García Ferré


Manuel García Ferré nació en 1929 en Almería, España. En 1947 llegó a Argentina, y la animación era su principal fuente de ingresos, a través de centenares de cortos publicitarios (incluso, el personaje de "Anteojito" junto a su tío "Antifaz", comenzó como una campaña publicitaria más, ya que escalaban el Aconcagua con carpas Cacique, cocinaban con Aceite Cocinero y tomaban mate con yerba Nobleza Gaucha).
En 1952 García Ferré realizó para el semanario infantil Billiken (de Constancio Vigil), su primer comic: Pi Pío, el cual se desarrollaba en un pueblo llamado Villa Leoncia, y donde aparecerían por primera vez Oaky e Hijitus. García Ferré solía agregar el sufijo "itus" al final de los nombres de los personajes (por ejemplo "Pichichus" ) como una manera de superar el karma que le provocó los varios años que estudió latín en la escuela. Creó su propia editorial, y, ya en el año 1964, creó la "Revista Anteojito". También hizo una enciclopedia para niños y jóvenes (El Libro Gordo de Petete), y lanzó otras revistas ("Muy Interesante" y "Ser Padres Hoy " ).
García Ferré realizó, debido al éxito de sus personajes, episodios semanales televisivos de la serie animada "Hijitus", y además otros programas de TV, con diversos personajes, como ser "Calculín y la familia" (1977), "El libro gordo de Petete" (1980) y "El club de Anteojito y Antifaz". Efectuó, además, una serie de largometrajes cinematográficos: "Mil Intentos y un Invento" (1972, reestrenada en 2001 con nueva banda sonora y nuevo título: "Anteojito y Antifaz: Mil Intentos y un Invento" ), "Las aventuras de Hijitus" (1973), "Petete y Trapito" (1975), "Ico, el caballito valiente" (1981), "Manuelita la tortuga" (1999, reestrenada en 2005, basado en el personaje de María Elena Walsh) y "Corazón, las alegrías de Pantriste" (2000



La revista Anteojito


La "Revista Anteojito" se extendió a lo largo de 37 años de publicación ininterrumpida, con 1925 números aparecidos desde el 8 de octubre de 1964 hasta el 9 de enero de 2002. En sus páginas se trató de enseñar y entretener por igual.
Se destacaron diversos personajes como Calculín, Hijitus, Larguirucho, Oaky, Petete, Pi Pío, Cachavacha, y el propio Anteojito.Por otra parte, había secciones como Juguemos con Anteojito, Preguntando se aprende, El Jardín de Anteojito, Calendario, ¿Saben Anteojitos...?, Aprendamos Jugando, Comiditas (de Blanca Cotta), Lectura Comprensiva, etc. A su vez, además de los personajes propios de García Ferré, la revista Anteojito presentó una gran cantidad de personajes e historietas de la más variada índole. Había algunas destinadas a niños pequeños, otras para público juvenil, e incluso había ciertas tiras que apuntaban a las jovencitas. En su época de esplendor (años '70 y principios de los '80) tenía una plantilla exclusiva de personajes reeditados, como ser Pelopincho y Cachirula (de Fola), La Vaca Aurora (de Mirco), y Don Fulgencio (de Lino Palacios). En sus últimos años presentó en sus cómics clásicos (como Príncipe Valiente, de Harold Foster), e incluso sacó suplementos especiales con personajes de Marvel (como el Hombre de Hierro).
Además tuvieron su espacio, a lo largo de los años, otros personajes originales: "Don Boyo y Monicoco" (de Vidal Dávila), "La Pícara Sandrita" (izquierda, de Goyo Mazzeo), "Los Bori-Bor" (de Avila), "Los Plumitas" (de Salas), "Solcito" (de Mazzeo), "Los Terribles Ye-Yes" (de Kröpfl), que era una pandilla de niños cuyas travesuras nunca llegaban a ser peligrosas, "Rinkel el Ballenero" (de Tulio Lovato), "Sónoman" (de Oswal), "Coco y Cilindrina" (de Clemente Montag, autor también de "Floripí" ), y una larga nómina de comics de aventuras cuyos autores no aparecían acreditados: "Al Rugir de los Motores", "Valentina Chiquilina", "Espirú", "Cloro y Mínimo" (que eran 2 ratitas) y otros, lo mismo que adaptaciones de clásicos de la literatura universal, como "Simbad el Marino", "Piel de Asno", "Veinte Años Después", etc. Además de todos estos, Anteojito (fiel a su origen) presentó más personajes publicitarios que, tal vez, cualquier otra revista. En sus páginas vivieron cortas aventuras el Pibe Febito (de zapatillas Febo), Super Stiko (de adhesivo Stiko), y otros.

Hijitus fue uno de los primeros personajes que consiguió una gran popularidad entre los niños de Argentina. Era una creación de Manuel García Ferré, y fue el primer superhéroe argentino. Este personaje se había originado como uno secundario dentro de las aventuras de Pi Pío (en la revista Billiken) y había sido presentado como un chico muy andrajoso (su "sombreritus", en realidad un sombrero de copa, mantuvo siempre un aspecto algo descosido), pero poco a poco fue evolucionando, hasta convertirse en personaje central de su propia tira. Hijitus era una fiel caricatura de los personajes y costumbres porteñas.
Hijitus era un héroe muy especial, ya que las tiras poseían toda una galería de personajes bien definidos, y se movía dentro de un ambiente perfectamente descripto, es decir, existía todo un microcosmos dentro del cual desenvolvían sus aventuras. En sus comienzos, Hijitus vivía en Villa Leoncia, aunque luego viviría en un tubo de construcción en las afueras de Trulalá, junto a su fiel perro Pichichus, un compañero que era muy bueno en "espionaje".
Un personaje que vivía en Trulalá (en este caso en el zoológico) era Boxitracio; muy alegre, tenía una extraña forma de comunicarse: "Tere quete tere quete ua ua ua", y le gustaba el boxeo. Hijitus podía convertirse en un héroe con capa y hélice, "Súper Hijitus"; para lograrlo se ocultaba dentro de su sombrero, realizando una invocación ("sombrero, sombreritus, conviérteme en Superhijitus" ), tras lo cuál emergía ya con la indumentaria del superhéroe. Hijitus no tenía límites para su campo de acción, sus aventuras se proyectaban en el tiempo y en el espacio sin perder su principal identidad, ser un súper héroe argentino, con una fantasía generosamente distribuida y cuidadosamente dosificada.
Otra clásica rival de Hijitus era la bruja Cachavacha, quien tenía su propia escoba voladora y una "telebola"; era experta en yuyos y brebajes, y vivía en las afueras de Trulalá, en su "Covacha", junto a su fiel compañero (y secretario) el Búho (ver dibujo de la derecha). Sin embargo, la mayor rival de Cachavacha era el Hada Patricia. Hijitus solía luchar contra el mal, a veces junto a Oaky y otras veces junto a El comisario (izquierda); éste personaje, que dormía la siesta y tomaba mate amargo, representaba a la autoridad, y tenía una frase incofundible "marche preso, desacatao".
Hijitus alcanzó el éxito con los episodios televisivos producidos entre 1967 y 1974, debido a que a fines de los '60 no existían competidores, en la televisión argentina, para los estudios americanos y japoneses.
En esa época, hasta que apareció Hijitus, los japoneses Meteoro y Astroboy, y los americanos Pato Lucas, Bugs Bunny, los Picapiedras o los Supersónicos, dominaban la pantalla chica. En varios países, solo existían alternativas en el campo de las historietas. En la Argentina, tenían gran peso, entre las historietas, Patoruzú, Isidoro o Mafalda. Fue así que, de la misma forma que los diarios publicaban tiras diarias, Manuel García Ferré creó una "tira diaria animada", Hijitus, en el año 1967. Cada día, en cinco horarios distintos, se emitía un episodio de 1 minuto, que culminaba a fin de mes. Se realizaron 50 aventuras a lo largo de 7 años.
A raíz del éxito del dibujo animado, el canal 13 de TV (de Buenos Aires), puso en el aire los Domingos por la mañana "El Club de Hijitus", programa transmitido en vivo, en el cual actores disfrazados de los personajes realizaban entretenimientos con la participación del público. Otro atractivo del programa era la retransmisión de los cinco episodios emitidos durante la semana en un solo bloque de cinco minutos. Reafirmando su calidad, cada tanto se repusieron los viejos episodios por TV, transmitiendo incluso una aventura completa de media hora cada día. Hijitus pasó luego al cine, merced a la recopilación de tres capítulos de la TV (Las aventuras de Hijitus). También apareció en ropa, juguetes, discos, figuritas y festivales.
Hijitus pasó desde la TV hasta los comics cuando, al poco tiempo, comienza a salir en historietas dentro de la "Revista Antifaz". Dos años más tarde, en 1969, estrena su propia revista, "Las aventuras de Hijitus", que se editó durante 10 años. Reapareció en pocas ediciones en 1983. En el año 1994, regresó como invitado especial en un capítulo doble en la "Revista Anteojito". En Marzo de ese mismo año comenzaron las historias de 16 capítulos; la primera de estas historias se llamó "Un extraño ladrón" (click en la imagen de la derecha para ver una tira); otras tiras famosas fueron: "La isla flotante", "Gold Silver nuclear", "Neurus héroe", etc.
Un producto muy popular fue el cacao para preparar con leche llamado "Nutri, Súper Hijitus". Además, el chocolatín Jack, traía en su interior un pequeño juguete, tomado de los personajes de la tira. Cada año se realizaba una colección nueva. Hoy en día, quienes guardaron esos muñequitos los atesoran como si fueran una obra de arte (click aquí para ver una linda colección de muñequitos). Hijitus fue recuperado por los mayores y compartido con los hijos, con un éxito tal que motivó realizar mas aventuras, ahora con color por computadora y temas mas actuales, pero con la magia de siempre porque ya Hijitus es una leyenda.
Mientras tanto, dentro de una gran galería de personajes, se destacaba Larguirucho (derecha), quien, al principio era uno de los "villanos tontos". Era (es) el típico "bonachón del barrio", y el más gracioso de toda la serie. Simple y con pocas luces, no se sabía muy bien si era malo, bueno o tonto. Siempre metía la pata, y, débil de carácter, hacía lo que los demás le pedían (lo cual lo perdía). Así, Larguirucho podía ser fácilmente influido por el profesor Neurus para que trabaje para él en sus maléficos planes.De esta manera a veces trabajaba para los malos y otras para los buenos. Era medio sordo, por eso repetía: "hablá mas fuerte que no te escucho". En muchas oportunidades, Larguirucho (e incluso alguna vez Neurus) era aliado de Hijitus para combatir una amenaza mayor. El personaje aparecía, con una tira propia, en la "Revista Anteojito" (como "Las desventuras de Larguirucho" ), y, más adelante, tuvo su propia revista.
Larguirucho no solo llegó a protagonizar su propia película ("Larguirucho soldado" ), sino que apareció, dada su enorme popularidad, en casi todas las otras películas de García Ferré, como un personaje secundario, pero siempre cómico.
En Villa Leoncia, Hijitus era vecino de otro personaje famoso, Oaky, el caprichoso hijo del supermillonario Gold Silver. Oaky usaba pañales (donde escondía sus armas), y siempre buscaba aventuras. Era amigo de Larguirucho y aparecía en sus tiras. Su latiguillo es "lompo el alma, cosa golda", y aunque era un bebé, tenía su corazoncito: estaba enamorado de su vecinita. Por su parte, Gold Silver era una persona despistada, a quien no se le conocía esposa ni profesión, que tenía un mayordomo llamado "Gutiérrez", y que cedía a los caprichos de su único hijo (Oaky).
Otro personaje de García Ferré era Ovidio (el caballo del ya mencionado Pi Pío). Justamente, "Las Aventuras de Pi Pío" se reeditaron en la "Revista Anteojito", y allí un invitado usual eran Calculín, quien era un chico al cual siempre le gustaba estudiar mucho, que sabía infinidad de cosas, y que comía vitaminas cuando no se le ocurría una idea. En esa tira aparecía el enemigo usual contra quien debía luchar Pi Pío, o sea Paco Pum. Las tiras de Pi Pío se caracterizaban por un dibujo paródico y por la esquematización comprensiva de ciertas escenas que describían ingenios de guerra, buques, aparatos varios, etc.
En cuanto al famoso Anteojito, se puede decir que era un niño de aproximadamente 8 años, amigo de Calculín, muy tranquilo e inteligente, que vivía con su tío Antifaz. Su amor era una compañerita del colegio, y se decía que era primo de Hijitus. Anteojito y Antifaz aparecían en dos formatos de historietas distintos (uno era con viñetas numeradas sin globos de diálogos, con un texto inferior de dos líneas en verso, que finalizaba con la frase "¡Intríngulis-Chíngulis! ¡Uh! ¡Uh! ¡Uh!", y el otro con viñetas comunes, con globos de diálogo, en episodios continuados). Como se dijo, tuvieron sus propias revistas. También hubo una película (Mil intentos y un invento).
Entre otros personajes de García Ferré que se hicieron famosos con el tiempo vale mencionar a Trapito y Petete (derecha), protagonistas, incluso, de una película en el año 1975. También hay que mencionar al "Patriarca de los pájaros", Raimundo (un niño "terrible" ), Buzoncito, el gato Meethoven, el Dragoncito Chipy, Dedonegro, el robot Truku, etc. Hoy día, se intenta que los personajes de García Ferré sigan vigentes a pesar de la desaparición de las antiguas revistas, y, sobre todo, del paso del tiempo, con publicaciones que incluyan, además de los textos, diversos videos, juegos, etc.

Acerca de Patoruzu






Próximo a cumplir 80 años,no puedo dejar de lado a este entrañable personaje de mi infancia y que siempre ocupa un lugar muy especial dento de mis personajes favoritos de la historieta.
He aqui algunos articulos que recogí de diversos sitios en donde se han dedicado a la historia de Patoruzú y a la de su creador Dante Quinterno.
He aqui sres un #1 de la historieta argentina,el cacique Patoruzú.
Huija!!!

Fernando

Patoruzú según Juan Sasturaín:

Notable articulo de Juan Sasturain sobre uno de los autores paradigmaticos del comic argentino y latinoamericano, algunos lo conocían como "el Disney argentino" el padre de Patoruzu e Isidoro Cañones, una recopilación publicada por Norma sirvió de motivo para Sasturain de escribir sobre este notable autor de historietas.

Por Juan Sasturain

Cuando el mítico Dante Quinterno murió, en 2003, la noticia llegó tarde o al menos enrarecida. Es que tenía 93 años y, como suele suceder en casos como el suyo, mucha gente, incluso la que sabía que era “el de Patoruzú”, suponía que estaba muerto hacía tiempo. Sin cara y sin voz (casi no dio reportajes, ni se dejó fotografiar por largos años), estaba alejado del que había sido su obsesivo universo de creación y trabajo. El notable dibujante era al final, y por propia decisión, una marca editorial (como Columba), luego de haber sido durante mucho tiempo para la historia del humor, la historieta y la industria gráfica argentina un creador insoslayable.

El caso de Quinterno es interesantísimo. Singular y ejemplar a la vez. Su vida profesional se confunde, coincide, casi exactamente durante tres décadas (1925-1955) con lo mejor de la historia de la historieta y el humor gráfico local. Es el primer grande, definitivamente. Y lo que enseguida salta a la vista del curioso investigador es la extraordinaria precocidad, el talento artístico (notable dibujante, gran narrador) y la visión (la voluntad constructiva, comercial y empresaria).

Quinterno nació antes del Centenario (es de 1909, un año menor que Frondizi, dos que Homero Manzi) y a los catorce ya era un dibujante excelente que publicaba en las revistas. Creció, apurado adolescente, y se formó en la Buenos Aires de laburantes y bohemios que describe el tango, que emocionan el fútbol y el boxeo, que pinta el sainete, que nombran los poetas de Borges a Tuñón. Es el país y la ciudad que vive el postrer apogeo económico del esquema de los ganados y las mieses, antes de la crisis política y económica del año ’30.

Se sabe que el pibe Quinterno aprendió y se formó junto al famosísimo Mono Taborda y que, tras la temprana muerte de éste, ayudó a Arturo Lanteri, otro consagrado. Pero el chico los superó de inmediato: a partir de los dieciséis impuso sus propios personajes porteños, plenos de observaciones costumbristas –Panitruco, Don Fermín, Manolo Quaranta–; antes de los veinte ya era un profesional exitoso que empezaba a tallar en los grandes diarios con sus arribistas –Don Gil Contento y Julián de Monte Pío– y apenas cinco años después era el dueño de la pluma mayor y la pelota. Quinterno tiene todas las características del pionero, del tipo emprendedor de frontera que descubre un espacio y lo llena con ambición, trabajo y creatividad. Es alguien que se inventa a sí mismo, generando una obra (en todos los sentidos) y que desde el principio es consciente de sus potencialidades.

Su creación absoluta, el personaje de Patoruzú (que nace, crece, muta y se muda nerviosamente de uno a otro de los diarios más dinámicos de la época –Crítica, La Razón, El Mundo– hasta constituirse en un auténtico fenómeno de popularidad), está en la base de todo. Después, una vez obtenidos, no sin pelear, los plenos derechos de propiedad intelectual y explotación comercial de marca y personaje, Quinterno se independiza y comienza a construir lo que será su vigoroso imperio al fundar, alrededor del indio, revista, editorial y sindicato propios (“sindicato” en el sentido del syndicate norteamericano: agencia propietaria y distribuidora universal de sus historietas y personajes).

Es que el joven Quinterno, formado mirando a los autores de la época dorada norteamericana –del hierático McManus de “Bringing up Father” (modelo en “Panitruco”), al principio, a la modernidad dinámica de Dirks, Rube Goldberg y De Beck, y sobre todo Segar, después–, tiene un modelo definitivo y superador de todos, que va más allá de las afinidades de trazo: Walt Disney.

Si hay que buscarle un paralelo, Quinterno es nuestro Disney. Pero se recorta sobre ese modelo, no sólo porque el ritmo y el clima de las primeras aventuras disparatadas de Patoruzú (como “El águila de oro”) le deben mucho a Floyd Gottfredson, el genial responsable de Mickey de esos años, sino por los gestos que van más allá de la imaginación gráfica, que hacen a su concepción integral del negocio. Por algo a principios de los ’30 –un muchacho aún– viaja a Estados Unidos en peregrinación iniciática y visita la factoría de los dibujados sueños animados. Quiere saber de qué se trata y cómo se hace. Y diseña su modelo de desarrollo creativo y comercial a partir de ahí. Así, de Disney, el incipiente autor-empresario aprende la necesidad y los beneficios de saber derivar, trabajar en equipo, armar una máquina productora bajo su férreo control, donde haya espacio para la expresión libre y donde la creatividad individual confluya bajo una sola firma constituida en marca. Casi desde el principio y a lo largo de décadas, tanto Patoruzú e Isidoro, como Upa y Patoruzito después, serán el resultado del trabajo conjunto de dibujantes y guionistas formalmente anónimos, ilustres conocidos desconocidos: su hermana Laura Quinterno, el gran Tulio Lovato y Mirco Repetto, entre otros.



Por otra parte, el mensuario luego quincenario y finalmente semanario Patoruzú inaugura un tipo de revista para la que Quinterno abre sabiamente el juego. Así convoca a múltiples colaboradores e inventa una fórmula original concebida para un lector más amplio: “para la familia”. Patoruzú instaura una manera de combinar el humor gráfico y escrito con la actualidad opinada, y durará tres décadas. Nada menos.

Quinterno fue maestro y su revista, escuela de campeones. Desde Patoruzú dio espacio y alas a Ferro, Blotta padre, el primer Divito, el primer Mazzone, Poch, Toño Gallo, Ianiro, Battaglia... Cada uno con sus personajes y su estilo. Algunos –Divito, Ianiro, Mazzone– se fueron y crecieron en la competencia. Otros, como Ferro o Battaglia, siguieron muchos años con él. Esa Patoruzú se constituyó en institución y el glorioso Libro de Oro era el moño que, junto con el pan dulce y la sidra, cerraba el año en paz.

Claro que la consolidación editorial no era todo. Había una asignatura pendiente. Porque Disney significa, además, el cine de animación. Y esos años son los de la explosión, los del salto de calidad técnica y pretensión del invento: los primeros largos, la animación realista de Blancanieves, de Pinocho, de Fantasía.



Los quince minutos de fama y de Upa en apuros que Quinterno conseguirá laboriosamente poner en pantalla recién en 1942 (una década después de aquella primera visita a los estudios) son todo lo que consigue plasmar de su sueño de celuloide. El suyo, destino sudamericano, será un reino de papel. Su revista será un clásico de exportación, el sindicato venderá por y para todos los medios de habla hispana al cacique e incluso intentará la incursión en el mercado norteamericano.

De todos modos, impresiona la modernidad y el ímpetu del proyecto de Quinterno en esas primeras dos décadas de trabajo. Patoruzú y compañía saltan de la revista y la tira, a la radio, a los muñequitos, a los disfraces, a la publicidad... No hay espacios vacíos donde no pueda entrar su personaje.

Y es entonces que redobla la apuesta: lanza Patoruzito, semanario puro de historietas, en 1945. Y lo hace en un momento clave, cuando le ha nacido competencia pícara con Rico Tipo, cuando ha decidido poner las barbas opinadoras en remojo ante las dificultades de la politizada Cascabel y cuando la novísima Editorial Abril le abre un frente infantil con los personajes de Disney, nada menos.

Desde el logo original, y con la ilustración única de tapa colorida a la manera de Billiken, Patoruzito apunta para abajo en la escala de estaturas de la familia, y gana. Combina sabiamente los distintos tipos, tonos y tramas de relato. Del texto literario adaptado a la aventura moderna y al humor desaforado, unidos todos por el estereotipo narrativo del folletín: el “continuará”. Dibujo realista en Salinas (“Hernán, el Corsario”), Mottini, Breccia (“Vito Nervio”), Premiani y Lovato (“Rinkel, el ballenero”). Desafueros expresivos en el humor de Ferro y su “Langostino”, Battaglia y “Mangucho y Meneca” o “Don Pascual”. Es decir, los mejores. Compra a los syndicates “Rip Kirby”, “Captain Marvel”, “Rusty Riley”, pero no falta “Tucho, de canillita a campeón” y, con los gauchos de Roux o de Rapela, el apropiado color nacional. Para adolescentes y para los más chicos, Patoruzito es perfecta.

Luego nacen las Locuras. Es sabido que el personaje que cristaliza finalmente en Isidoro Cañones nació varias veces, conoció distintos nombres y avatares, como las deidades hindúes, hasta alcanzar su forma definitiva. Es algo propio de los muñecos de historieta irse haciendo en el tiempo, crecer y des-formarse por el autor pero, sobre todo, a partir la repercusión entre los lectores. Si Patoruzú nació formalmente tres veces, Isidoro siguió un proceso similar, paralelo y complementario. Lo notable es que al arquetipo porteño del atorrante, arribista y vividor, Quinterno lo pensó primero. Patoruzú (como Popeye, como Clemente) es el personaje ocasional que irrumpe como variable loca en la tira diaria, desde un papel secundario y ridículo y, desde ahí, se va apropiando del protagonismo, hasta quedarse finalmente con el cartel y el título.

El proceso es así: en un primer momento, el indio inocente, provinciano, estúpido y rico, que llega de punto a la historieta costumbrista para ser motivo de bromas y estafa por el equívoco porteño piola (Don Gil, Julián), se revela motor de situaciones por sí mismo y cambia el eje, el tono y la esencia misma de la historieta. Luego, devenido protagonista solitario y dueño de su tira, el indio encuentra y asume insólita y voluntariamente “un padrino” (aquel mismo porteño piola y vividor, olvidado y reciclado), pero aunque el vínculo desigual vuelve a ser el mismo, el contexto es otro: del costumbrismo urbano pasamos a la aventura cosmopolita, de la ciudad, al cielo y al mundo abiertos de la peripecia, donde el piola es, por lo menos, disfuncional y ridículo. En un tercer momento, una nueva contrafigura, el coronel Cañones, le vendrá a poner apellido, límites rígidos, sopapos y tiros por las patas a las impenitentes travesuras del “padrino” ahora devenido “sobrino” y potencial heredero, ante el regocijado acuerdo de Patoruzú. Frente al Coronel, que viene para quedarse, Isidoro se define otra vez por la ambición original (apropiarse de una fortuna cercana o, al menos, no dejar que otro u otra se la sople), pero tiene respecto de él una distancia inicial que no es el fraternal vínculo con Patoruzú.

El último avatar será la separación de ambas series de historias: vivir aventuras con Patoruzú en rol secundario y hacer “locuras” como personaje principal mientras vive con el Coronel. Padrino apadrinado o sobrino desheredable, Isidoro (Cañones) corporiza la infracción, la incorrección en el fondo amable y contenida por el orden inmutable que encarnan sus tutores.

Quinterno e Isidoro pertenecen a un mundo –el de su alevosa y gloriosa juventud– que ya hace mucho no es el nuestro. Vaya el recuerdo agradecido por ello.

*Extraido de el sitio La Nuez.


Upa en apuros la única animación de Quinterno.

Quinterno creador del primer sindicato argentino:
No se puede negar genialidad a las creaciones de Dante Quinterno, pero tampoco debe ignorarse su desprecio hacia ciertas colectividades, ni su conservadorismo retrógrado que lo llevó a alabar el golpe de estado de Uriburu de 1930.
Entre sus primeras historietas se cuentan Pan y truco (1925), en "El Suplemento", Aventuras de Manolo Quaranta (1926), en "La Novela Semanal", y especialmente Don Fermín (1927), que se inicia en "Mundo Argentino" y luego se convierte en Don Fierro al pasar a la revista "Patoruzú".
En 1927 nace en "Crítica" Un porteño optimista, de Quinterno. Después cambia de nombre por el de Aventuras de don Gil Contento, en la cual se muestra un indio que dice llamarse Curuga Curiguagüigua, pero al que don Gil Contento rebautiza como Patoruzú. La tira vuelve a surgir en 1928 en el diario "La Razón" bajo el título de Julián de Montepío, que es el antecedente de Isidoro Cañones.

Dante Quinterno se reveló como hábil empresario y guardó para sí la titularidad de Patoruzú, como finalmente se llamó a partir de 1935. Ello le permitió revender la historieta fundando de esta manera el primer sindicato. En 1936 nació la revista homónima que fue un suceso de ventas y de repercusión masiva.

Debemos recordar que en el equipo de colaboradores brillaban imaginativos de la categoría de Guillermo Divito, José Luis Salinas, Rodolfo Claro, Raúl Roux , Eduardo Ferro y Poch. Posteriormente, en la llamada década de oro de la historieta argentina (1940-1950) sale la revista "Rico Tipo" (1944), de Divito, que provee personajes prominentes como Fúlmine , Bómbolo, el Dr. Merengue y Pochita Morfoni; y donde colaboran innovadores como César Bruto, Ianiro, Fantasio, Mazzone, Oski y Calé. Un capítulo aparte lo conforman las insuperables Chicas, que formaron parte del imaginario colectivo: objetos eróticos inalcanzables para los hombres e ideal de belleza femenino no exento de envidia para las mujeres.
Otro gran personaje gestado por Quinterno, muy celebrado por los lectores dada su malicia, fue El fantasma Benito se divierte, que luego continuó Eduardo Ferro.

Cabe hacer notar que "Patoruzú" traía amenas notas de humor, por momentos desopilantes. Entre sus redactores figuraban Luis de la Plaza, Marianito, Dante de Palos, Carlos Raffo, Güarin, Ipipurra, Montaldo, Billy Kerosene y Chamico (seudónimo de Conrado Nalé Roxlo).

Fuente el muro cultural http://www.elmurocultural.com/Columnistas/chistorieta03.html

Tuesday, September 09, 2008

Wednesday, September 03, 2008

Feliz dia de la historieta

Feliz dia de la historieta a todos los dibujantes y lectores,los que la vienen luchando desde abajo y los consagrados,para los que ya no estan con nosotros pero siguen en nuestros corazones,para todos ellos mis saludos.Por muchos cuadritos más en la historieta nacional!

Fernando

Anticipo dia del maestro y otras yerbas




Muñeca de Patito feo



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